Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: viernes 07 de febrero de 2025
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Ecuador, que acude a las urnas el domingo deberá elegir entre conservar a su mandatario de derecha o retornar al socialismo, correísta, que lo gobernó 10 años, entre 2010 y 2017. Los otros tres tienen gobiernos de izquierda.
Actualmente 11 países de la región, incluido Uruguay cuyo presidente electo asume sus funciones el 1 de marzo, tienen Gobiernos de esa tendencia. Es un número similar al que existía hace 17 años, en 2008, como resultado de la ola socialista iniciada en 1998 en Venezuela.
¿Los resultados de las cuatro elecciones generales latinoamericanas de este año, mantendrán esa tendencia?
Parece dudoso. “La cuestión que sobrevolará cada uno de esos comicios es cuánto han mejorado esos países respecto a los graves problemas políticos, económicos o de inseguridad que heredaron sus autoridades actuales”, afirma un análisis sobre el tema, publicado por BBC Mundo la primera semana de este año.
Marta Lagos, directora de la encuesta regional Latinobarómetro, explica que en las elecciones actuales de América Latina “hay cero ideología” y la ciudadanía evalúa “solamente el rendimiento” de sus gobernantes.
“La gente ya no espera, lo que hace la gente es exigir (…) Si no le va bien, corta cabeza (al gobierno de turno) y para afuera”, dice Lagos, citada por la BBC.
Un análisis de Carlos Malamud y Rogelio Núñez Castellano, del Real Instituto Elcano, lo corrobora: “La población vota por otros motivos, además de la ideología: pérdida de poder adquisitivo, angustia ante la falta de seguridad, escasas perspectivas de mejora social, y mal funcionamiento del Estado, los partidos y la clase política”.
Es un “contexto complejo”, señala Manuel Fuentes en otro análisis, este, publicado por la agencia EFE, y explica que “La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un crecimiento regional del 2,4%, por debajo del 3,3% a nivel mundial, estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este débil crecimiento —sumado al malestar social, los altos niveles de inseguridad y los riesgos políticos— supone un desafío para la estabilidad regional”.
Así, la inseguridad creciente, el descontento ciudadano por las expectativas frustradas, especialmente en temas económicos, y la corrupción presente en las gestiones de los gobiernos de los cuatro países que encaran elecciones este año serían los factores comunes que definan sus resultados, antes que la tendencia ideológica de los candidatos.