Medio: El País
Fecha de la publicación: lunes 13 de enero de 2025
Categoría: Procesos electorales
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Aunque algunos líderes de la oposición alargan su vacación – o anticipan su jubilación –, los del Movimiento Al Socialismo (MAS) se aprestan para librar (tal vez) su última batalla fratricida y despejar así la “incógnita madre” de este proceso electoral, que hoy por hoy consiste en saber si habrá uno o dos frentes del movimiento popular representado en las ánforas y quién representará a cada uno.
En la oposición vuelan los puñales y más o menos se van abriendo las aguas:
Manfred Reyes Villa volará en solitario porque tiene aparato para ello; el presbiteriano Chi Hyun Chung también por lo mismo; los “cuatro grandes” – Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho - están dispuestos a recoger casi todo (lo de Rubén Costas se lo tienen que pensar) siempre que no pregunten demasiado cómo finalmente se repartirán las carteras, y los libertarios presentarán un frente separado.
Quedan dudas sobre qué papel quiere jugar el MNR de Johnny Torres y Luis Eduardo Siles o qué rol asumirá el híbrido liberal – trumpista del Búnker de Virginio Lema y Agustín Zambrana, sobre todo porque son los que más se pueden acercar a la cuarta opción, resolviendo quizá algunos de los problemas que le impiden al bloque unirse.
El bloque libertario
El bloque libertario boliviano sigue grosso modo la estrategia de crecimiento que tantos éxitos le reportó a Javier Milei en Argentina, que nunca se preocupó demasiado por armar estructura territorial, una de las grandes obsesiones de los partidos tradicionales (y los de la última ola) sino por mover emociones en las redes – y en los grandes medios – sumando colaboradores autónomos e independientes. No hay manual ni argumentario los lunes por la mañana, sino la convicción de que todo suma.
En redes como TikTok y YouTube ya hay un intenso nicho difundiendo ideas libertarias y tratando de acomodarlas rutilantemente a la realidad boliviana; hay individuos que organizan grupos de difusión en WhatsApp, como Voz de Tarija del exfuncionario Jorge Bacotich, y otros intelectuales de largo recorrido que aportan desde sus espacios, como Ramiro Calasich o Roberto Laserna sin que todo ello tenga necesariamente una coordinación. El propio Marcelo Claure con su adhesión al método Musk, sus arengas a Milei y el desahucio a las fórmulas tradicionales de oposición ha resultado clave.
La diferencia con la estrategia de Milei, además del calendario, es que allí siempre estuvo claro quién era el referente, y en Bolivia no, aunque hay perfiles que sobresalen más que el resto.
Tal vez el más formado, ortodoxamente libertario, es Mauricio Ríos García, Offshore Wealth Manager, buen orador y ágil en el análisis, pero precisamente por eso el que más veces ha repetido que no será candidato y que no cree en la política como elemento de transformación, por lo que en principio no será el elegido.
Con largo recorrido en el mundo de las finanzas y la inversión y adherido al bloque está Jaime Dunn de Ávila, que últimamente difunde ideas en una plataforma llamada Voz Liberal Bolivia, creada en diciembre. Dunn ha sido por años analista de cabecera de varios medios y ha sostenido columnas en diferentes periodos, desde donde ha saltado a otros blogs y podcast, también a nivel internacional. Su nombre se mide en las encuestas y el propio Marcelo Claure lo ha citado varias veces como “interesante”.
El “primero” en plantar la pica liberal en este ciclo electoral fue Antonio Saravi, Profesor de Economía y Director del Centro de Estudios de Economía y Libertad de la Universidad Mercer y afincado en Atlanta. desde 2022 lleva haciendo esfuerzos por consolidar una estructura Liberal, a la que le ha puesto nombre y logo. Fanático de la desregulación total, critico habitual de artículos, columnistas y otros políticos de su órbita, también manifestó su intención de ser candidato. Prioriza sumar sobre un programa concreto y no solo por la aritmética.
El último en llegar ha sido Branko Marinkovic, el más conocido de todos y el más ruidoso. También el más rico gracias a sus millonarios negocios en el oriente cruceño y en Brasil. Ex presidente cívico, exiliado por el caso Rodzsa, retornó y se colocó de ministro de Planificación primero y de Economía después de Jeanine Áñez ya cuando aquel barco había descarrilado en la intención de ser gobierno electo. Su método es más o menos el del manual: palabras gruesas contra todos los rivales y difusión de ideas con la mayor radicalidad posible.
Tal vez uno de los cuatro acabe siendo el candidato libertario. Tal vez aparezca otro en modo “outsider” pero con las mismas claves y acabe llevándose los frutos. A los cuatro se les acusa de no conocer bien el país, de no tener contacto con el extracto popular pobre y de hablar de un Estado que en realidad, no existe. A los cuatro también se les acusa, por cierto, de tener vínculos con Carlos Sánchez Berzaín. De momento no está tan claro a qué plazo están apostando, pero varios analistas y operadores de redes señalan que en un corto periodo de tiempo han logrado conectar más emociones y canalizar más resentimientos que las fórmulas clásicas de oposición.