Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 29 de agosto de 2018
Categoría: Consulta previa
Subcategoría: Consultas megaproyectos
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Beatriz Layme / TIPNIS
“La lucha sigue”, con esa consigna, indígenas de la resistencia impulsan desde hace ocho años la defensa del TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure), de sus derechos y de los de la Madre Tierra. Hoy, esa “batalla” es considerada como un referente mundial, porque “reactivó” el objetivo de que la naturaleza sea reconocida como un “ser vivo” con derechos.
“La resistencia indígena del TIPNIS es motivo de inspiración en muchas partes del planeta. El 80% de la naturaleza está protegido por los indígenas para todos nosotros, no sólo para ellos”, afirmó Alberto Acosta, que formó parte de la comisión internacional que llegó a Bolivia para recoger testimonios de los originarios de la presunta violación a la reserva.
Shannon Biggs, otra integrante de la delegación, indicó: “los indígenas del TIPNIS nos mueven para redoblar la lucha en defensa de la naturaleza. En primera línea están los originarios que defienden los bosques, la biodiversidad y su cultura”.
En el TIPNIS, hoy, la vanguardia está dirigida por jóvenes indígenas. “Nuestros abuelos, padres, vivieron libres, sin fronteras, sin muros y sin depender del dinero. Nosotros queremos esa vida y por ellos lucharemos”, afirmó Lourdes Teco.
El origen de lucha
Fue en 2011 cuando al menos 500 hombres y mujeres salieron de sus comunidades –cargados de esperanza y de sus pequeños hijos– rumbo a La Paz, para rechazar la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
En medio camino, cuando recobraban fuerzas en la población de Chaparina, fueron reprimidos. Pese a ello, reanudaron la caravana y lograron que el Gobierno promulgara la Ley 180, que declaró “intangible” a su territorio.
Pasaron cuatro años y el Gobierno inició la construcción de tres puentes en la región sur del TIPNIS, pese a la vigencia de la Ley 180. Las obras avanzaron y en agosto de 2017, Morales anuló la intangibilidad de la reserva.
Frente a ese hecho, los indígenas denunciaron al Estado ante el Tribunal Internacional de los Derechos de la Madre Tierra, entidad creada a sugerencia del presidente Morales para sancionar a los países que dañan a la naturaleza (No obstante, luego, el Gobierno desconoció a la corte).
Los originarios de la resistencia, desde el TIPNIS, llaman al mundo a defender la Madre Tierra, por el futuro de la humanidad. De esa manera se transforman, según ambientalistas, en la avanzada por la defensa de la naturaleza.
“Los pueblos indígenas tenemos nuestra riqueza, nuestra tradición y sabemos manejar lo que existe en este suelo, no lo mal gastamos, lo cuidamos y eso debe entender el mundo que se dice desarrollado”, manifestó Ovidio Teco.
Biggs comparó la lucha de los indígenas con la de los esclavos y de las mujeres, que por años buscaron ejercer y hacer cumplir sus derechos. “Hoy en día ya no hay esclavos, las mujeres pueden ejercer sus derechos que por años les fue privado. Ahora, los indígenas inician esta lucha para que la naturaleza sea reconocida como ser, no como objeto por el bien de la humanidad”, afirmó Biggs durante su visita a Bolivia.
Origen del Tribunal
Ante el fracaso de la Conferencia sobre cambio climático, celebrada en Copenhague en diciembre de 2009, el presidente Morales enarboló, ante el mundo, la defensa de la Madre Tierra.
En ese encuentro, 192 países participaron de las reuniones para alcanzar un acuerdo vinculante sobre cambio climático, un pacto que diera continuidad al protocolo de Kioto. El reto, no obstante, no se concretó.
De la cumbre sólo resultó un documento no vinculante de tres folios, elaborado por países liderados por EEUU y China. La propuesta fue aceptada por todos los Estados excepto Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba y Sudán.
Tiquipaya, la cumbre
En 2010, Morales convocó a los pueblos del mundo para debatir sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. El encuentro se realizó en Tiquipaya, Cochabamba, en abril de ese año.
En aquella oportunidad, Morales instó al mundo a proteger el planeta de la destrucción. “Ahora yo me quito mi cargo de Presidente”, afirmó. Entonces también planteó la creación de un tribunal para sancionar a los países que dañaran a la Madre Tierra.
Cinco años después, en 2015, el Primer Mandatario convocó a una segunda cumbre en Tiquipaya. En esa reunión entregó al otrora secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, las “Contribuciones Previstas y Determinadas” de Bolivia para salvar a la Madre Tierra. El séptimo punto ratifica la constitución de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Madre Tierra.
“Tenemos que sanar a la humanidad para salvar a la Madre Tierra. En un escenario donde nuestra Madre Tierra se encuentra más herida y el futuro de la humanidad se ve en mayor peligro, los pueblos del mundo debemos seguir dialogando y defendiendo la vida”, expresó Morales en aquel entonces.
Un año más tarde, el 22 de abril de 2016, el Jefe de Estado ante la ONU ratificó la posición de Bolivia en defensa de la Pachamama y nuevamente demandó la creación de un tribunal.
Indígenas lamentan que el presidente Morales –quien en muchos foros defendió a la Madre Tierra– ahora atente contra los originarios y la Pachamama.
“‘¡Pachamama o muerte, Madre Tierra o muerte!’ decía el Presidente. ¿Dónde quedaron esas palabras?”, preguntó Miriam Pariamo, vicepresidenta de la Confederación de Mujeres Indígenas de Bolivia.