Medio: El Deber
Fecha de la publicación: martes 28 de agosto de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
A propósito de la coyuntura política actual, recupero un párrafo del ensayo “El dieciocho brumario” de K. Marx: “Mientras el proletariado de París se deleitaba en la visión de la gran perspectiva que se había abierto y se entregaba con seriedad a discusiones sobre los problemas sociales, las viejas fuerzas de la sociedad se habían agrupado y encontrado apoyo en en los campesinos y los pequeños burgueses, que se precipitaron a la escena política…”
En relación a éste análisis de coyuntura sobre la Francia del siglo XIX, según el extinto sociólogo Hugo Zemelman: “mientras unas fuerzas que, en relación con la disputa por el poder, se ubican en un tiempo estratégico, otras lo hacen en el marco definido por movimientos tácticos”. Consideremos ahora la disputa preelectoral del presente en Bolivia: el campo opositor ha dado más importancia al tiempo estratégico: la gran perspectiva, es decir, democracia, libertad con la defensa del 21F; mientras el MAS, de forma constante ha ido desarrollando sus propios movimientos tácticos: Ley de Organizaciones Políticas.
Evidentemente, se da un nuevo golpe y atropello a los arreglos institucionales de la democracia: al declarar vinculante a las elecciones primarias de los partidos que vayan a participar en las elecciones del 2019, el partido oficialista nuevamente “se hace pis” en el carácter vinculante de los resultados del 21F. Empero, desde la perspectiva de la realpolitik es un nuevo movimiento táctico que prácticamente obliga a acelerar los tiempos preelectorales.
Ahora bien, considero que la frase “Bolivia dijo No” es icónica del tiempo estratégico, es una de las banderas que ha permitido posicionar a Carlos de Mesa como actor potencial para la presidencia, pues en diversas encuestas aparece en una posición privilegiada para sus simpatizantes y envidiable para los eternos candidatos, pese a que hayan plataformas en desacuerdo con su biografía política. Con todo, aprobada la nueva Ley de Organizaciones Políticas, se reconfiguran las reglas de juego y la necesidad en el campo opositor de reacomodar las piezas para desarrollar movimientos tácticos precisos, tomando en cuenta que el partido oficialista los viene dando hace rato como necesidad ante las constantes chambonadas de su gestión pública.