En los últimos días hemos contemplado públicamente cómo se producía una de las mayores violaciones a un sagrado derecho constitucional, como es el de la libertad de expresión, esto a raíz de los múltiples ataques cobardes e impunes de los que fue objeto Gonzalo Hermosa, principal integrante —y dicho sea de paso, y sin lugar a duda alguna— del mejor grupo musical boliviano en estos últimos 50 años. Pero ¿qué hizo Gonzalo Hermosa para hacerse acreedor y víctima de cuanta canallada se dijo en su contra?
Ocurre que el director de los Kjarkas, Gonzalo Hermosa, en ocasión de la celebración de más de 12 años de gestión presidencial continua por parte del presidente Evo Morales Ayma, manifestó a viva voz “Evo Morales era un regalo de Dios para Bolivia”, utilizó textualmente la palabra “regalo”, que no es lo mismo que “enviado”. A pocas horas los enemigos de la patria, con la complicidad de grandes medios de comunicación social, se dieron a la tarea de lanzar un sinnúmero de ataques en su contra, con el claro propósito de “lincharlo mediáticamente”, difundiendo así cuanta canallada son capaces de concebir, y sin límite alguno. Cuando uno mira las innumerables publicaciones que se registraban al respecto en las denominadas redes sociales parecía que inmediatamente nos transportábamos a los tiempos de la inquisición, en la que nada más faltaba que los quemaran a todos los integrantes de los Kjarkas. Puede ser que lo expresado por Gonzalo Hermosa no sea del gusto o agrado de varios ciudadanos, pero teniendo presente que vivimos bajo un sistema democrático, lo que equivale decir, bajo un estado de derecho, todos los demás están y estamos obligados a respetar el sagrado derecho a la libertad de expresión que le asiste, así como también nos asiste a todos y cada uno de nosotros que habitamos hoy día el territorio boliviano que se rige al amparo del orden constitucional legalmente establecido. ¿Cuál es el pecado que cometió Gonzalo Hermosa? Sencilla y llanamente el de exteriorizar su admiración hacia el presidente Evo Morales Ayma. Ésta es la razón de fondo y por la cual sus cobardes y gratuitos detractores hoy lo atacan de forma incesante.
Casi por esas mismas horas en Bolivia se presentó en público el afamado grupo musical Maná, y ocurre que en esas circunstancias uno de sus integrantes se permitió criticar al Gobierno de Bolivia y lanzar aseveraciones que claramente iban en dirección y apoyo a quienes hoy día enarbolan una consigna vacía de contenido y se declaran públicamente en contra de la próxima candidatura presidencial encarnada precisamente por Evo Morales Ayma. En este caso, ninguno de los que hoy atacan cobardemente a Gonzalo Hermosa dijo nada al respecto, claro está que no dicen nada porque esa declaración de un integrante de Maná es una muestra clara de apoyo hacia ellos. En este caso, la mencionada declaración del grupo Maná es en sí misma un claro acto de injerencia en asuntos internos de un país, algo que por un mínimo de ética y formación todo ciudadano del mundo está obligado a observar y por tanto a inhibirse de hacer comentarios cuando se está precisamente en el país al que se pretende criticar. Ponemos este ejemplo completamente elocuente para mostrar la doble moral y el falso discurso que luego —dice— enarbolan los ‘demócratas’ de nuestro país. A la luz del comportamiento que exhiben nada menos quienes se autodenominan como ‘demócratas’, lo único que prueban, y con creces, es que ellos son simplemente falsos demócratas con alma de dictadores.
Parte de los ataques dirigidos en contra de Gonzalo Hermosa hacen referencia a que él en 2002 había sido candidato a diputado uninominal por el MNR en la ciudad de Cochabamba, y que ahora apoyaba al MAS. Como si ese hecho lo inhabilitaría de por vida a cambiar de opinión, a cambiar de forma de pensar precisamente en términos políticos. Eso es algo de lo que él tiene el pleno derecho y libertad de hacer. Lo que sí nos llama la atención es que hoy día y precisamente en la ciudad de Cochabamba existen varios ciudadanos que hace poco tiempo no sólo integraban las filas del MAS, sino que cumplían importantes responsabilidades en el equipo gubernamental de Evo Morales Ayma, y resulta que ahora cambiaron de opinión y se encuentran en el bando de ellos, es decir, en el bando opositor, pero a ellos nadie les dice nada; por el contrario, principalmente los medios de comunicación hoy día les prestan sus micrófonos y abren sus puertas con gran complacencia, dado que ahora ‘ellos’ atacan con frenesí al gobierno del cual fueron parte en un pasado inmediato.
Juzgue usted amigo lector. Aprovecho esta oportunidad para, desde esta columna, saludar a Gonzalo Hermosa y Los Kjarkas, y decirles que hagan uso a plenitud del derecho a la libertad de expresión que les asiste en plena vigencia de la democracia