Medio: Opinión
Fecha de la publicación: domingo 03 de noviembre de 2024
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Una sociedad con diversidad como la boliviana, que es su riqueza, intenta crear sociedades libres democráticas dispuestas, en cierta medida, a compartir por igual, precisa que los bolivianos se sientan identificados con ellas; esta es una afirmación veraz, debido a que la tradición del humanismo cívico siempre sostuvo que las sociedades libres dependen del apoyo espontáneo de sus miembros; necesitan un fuerte sentido de lealtad que Montesquieu llamo virtud.
Apoyo espontáneo, en nuestra era moderna ha cristalizado la idea por la cual todos nacemos con derechos iguales que se deben respetar; unos derechos que podemos perder si actuamos mal, como los actuales políticos tóxicos; empero, un comportamiento adecuado y respetuoso a la fe constitucional logra que estos derechos permanezcan en cada uno de los bolivianos durante toda su vida.
Esta idea de la igual dignidad de todos los bolivianos puede efectivizarse; es la que sostiene el apego a una democracia de sufragio universal honesto (fraudes electorales desechados de raíz), la renuncia al regionalismo, al racismo, la renuncia al sexismo y al heterosexismo, el respeto a la autonomía de los bolivianos, que opone resistencia al deseo del Estado de que nos adaptemos a la concepción de lo bueno de alguien ajeno a nosotros, los bolivianos, y a la noción de derechos humanos que, como tales, residen en la solidaridad de todo ciudadano.
El patriotismo tiene mucho que ver con las responsabilidades y los privilegios de la ciudadanía; también, y con prioridad, no es tanto una cuestión de moralidad práctica sino de sentimiento y, si el patriotismo evoca alguna emoción ésta es, sin duda, la del orgullo. Así cuando escuchamos el Himno Nacional, cuando vencemos deportivamente, el país recibe un premio internacional o cuando el ejército logra una victoria, se siente un escalofrío, una excitación electrizante.
Pero, el patriota es también, con certeza, el primero en sufrir la vergüenza de su país; es el patriota quien sufre cuando Bolivia elige mal a sus dirigentes (porque le mintieron en sus propuestas políticas y de desarrollo), cuando estos políticos incurren en prevaricación, corrupción con impunidad, falsedad en sus peroratas o bien traición a nuestros principios fundamentales.
Lo importante es la identificación y los sentimientos, que debe sentirlos el campesino que nos alimenta con su sacrificio diario como el más ilustrado ciudadano; y no hay razón para suponer que en este mundo complejo y siempre mutante, todos los bolivianos encontrarán sus afinidades y sus pasiones que se concentran en un solo lugar: en la pertenencia a Bolivia.