Medio: Opinión
Fecha de la publicación: martes 22 de octubre de 2024
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Cada día que pasa crece el malestar social, la incertidumbre y una especie de “bronca contenida” contra oficialistas y opositores, contra evistas y arcistas porque las causas y efectos devastadores de la actual crisis política, social y económica en Bolivia es enteramente atribuible a la denominada clase política.
Con todo lo que está sucediendo en el país, el MAS está extraviado y se está auto destruyendo, ya que los evistas, con los bloqueos y sus actitudes radicales, originan rechazo e indignación en la población boliviana; e igualmente los arcistas o, en este caso el gobierno, está a la deriva por su ineptitud, falta de autoridad y de credibilidad.
En cuanto a los opositores, también están extraviados porque nuevamente muestran señales de fraccionamiento o, dicho de otra manera, cada quien jala por su lado, ya que unos y otros se auto consideran supuestamente como potenciales precandidatos presidenciales y, lo que es peor, entre opositores o antimasistas, están más preocupados en acusaciones y descalificaciones entre ellos mismos.
Una vez más hay que decirlo y de manera categórica que la actual coyuntura política en el país reflejada en el enguerrillamiento entre masistas, es el mejor momento para que los opositores le saquen el mayor provecho posible en la perspectiva de construir una nueva alternativa política y electoral; pero tal como se ven las cosas, los opositores también se están auto destruyendo y de seguir así, podría repetirse la amarga experiencia de las últimas elecciones generales en las que, por sus errores políticos, la división entre opositores y la desastrosa gestión del gobierno de “transición” de Jeanine Áñez, se convirtieron en una especie de caldo de cultivo para que otra vez el MAS gane las elecciones para seguir en el poder.
Los opositores aún están a tiempo para dejar de lados sus intereses personales o de grupo y embarcarse en lo que tendría que ser como un objetivo común de generar espacios de acuerdos y de consensos e interpretar el sentir de la población para que, llegado el momento, los electores decidan por la mejor opción política que no sea el MAS.
En términos generales, los opositores están reproduciendo similares errores de los masistas como el auto debilitamiento y las descalificaciones mutuas que generan desconfianza en la ciudadanía porque la actual percepción política en la población boliviana es de decepción y de rabia contra los masistas y los antimasistas.
¿Algo o alguien podrá aprovechar este desencanto y rechazo del pueblo contra la clase política?