Medio: El Deber
Fecha de la publicación: domingo 20 de octubre de 2024
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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La democracia está bajo asedio en Bolivia. Los flancos de ataque
llegan de dos lados: desde la justicia y desde la calle. En el primer caso, por
sentencias judiciales que pretenden sabotear la elección de magistrados y de
fiscal general. En el segundo, por el bloqueo de los afines a Evo Morales, que
ya lleva siete días y causa un millonario perjuicio a la economía de Bolivia.
Hay que recordar que las elecciones judiciales debían
realizarse en 2023, cuando se cumplía el mandato constitucional establecido para
las exautoridades de la justicia. Sin embargo, a fuerza de amparos
constitucionales y sentencias se fueron posponiendo hasta que, en diciembre,
los miembros del Tribunal Constitucional definieron la prórroga de su propio
mandato y el de los magistrados judiciales, por encima de las normas y bajo el
argumento de que el país no podía quedar sin el funcionamiento de las altas
cortes. Entonces fueron juez y parte y volvieron a hacerlo en varias ocasiones
más.
El Tribunal Constitucional se constituyó en un suprapoder
e intentó aplastar al Poder Legislativo. Con sentencias sucesivas invalidó la
capacidad de dictar normas y de cumplir sus competencias a senadores y
diputados. Cualquier aspirante a magistrado aplazado se sentía con el derecho
de interponer un amparo y el Tribunal Constitucional daba lugar a éste,
haciendo que se pospongan indefinidamente las elecciones y favoreciendo el
alargamiento de la autoprórroga. Cuando los parlamentarios se pusieron de
acuerdo para definir la lista de aspirantes al Poder Judicial el caso pasó al
Tribunal Supremo Electoral y es ahora el blanco del asedio de los magistrados
constitucionales.
Con la intención de paralizar las elecciones judiciales se sienta un nefasto
precedente, porque de la misma manera pueden actuar con cualquiera de los otros
comicios, incluso de presidente y vicepresidente, vulnerando el derecho que
tienen los ciudadanos de elegir a sus máximas autoridades. El tema es de tanta
gravedad que el Tribunal Electoral elevará una queja ante el sistema interamericano
de derechos humanos (CIDH). Aún en este momento hay dudas acerca de la
realización del proceso el 1 de diciembre.
Por otro lado, militantes del Movimiento Al Socialismo
(MAS) de la corriente afín a Evo Morales están bloqueando el país en 14 puntos
diferentes. La medida de protesta nace en el afán de impedir que el
expresidente responda ante la justicia por una investigación penal en su contra
por los delitos de estupro agravado y trata de personas. El caso hace
referencia a que Morales habría tenido relaciones sexuales con una menor de 14
años con quien habría tenido una hija. Lejos de responder y de mostrar que las
sindicaciones son falsas, él ha ordenado bloquear el país, sin que le importe
la pérdida millonaria que ya deja por los obstáculos para transportar todo tipo
de productos por carretera e impedir que los bolivianos puedan circular
libremente en el territorio nacional.
No se puede olvidar que, hace pocas semanas, Morales y
sus afines marcharon de Caracollo a La Paz. Entonces plantearon el acortamiento
del mandato presidencial de Luis Arce, dejando entrever que su agenda principal
es esa. Ahora el tema se complementa con la declaración del exministro de Evo
Morales, Juan Ramón Quintana, quien dijo en una entrevista que los bloqueos se
coronan con sangre y que, en la medida que haya heridos o muertos, esa es la
garantía de la caída del poder.
No es poca cosa lo que acaba de decir Quintana, porque puede anticiparse como
el resultado esperado de una protesta que puede tornarse más violenta.
Mientras tanto, el país observa con estupor la impunidad
con que pretende vivir Evo Morales, en un caso que causa repulsa general.
Además, queda el daño económico a todos los bolivianos, ya que los precios se
encarecen como efecto de la medida.
El Gobierno está llamado a que se cumpla la Constitución, que no permite la
interrupción de la libre locomoción. A su vez, si Evo Morales pretende ganar
elecciones y obtener respaldo ciudadano, debe acabar con el bloqueo, por el
grave daño que le causa a Bolivia.
Los bolivianos tienen que hacer respetar la democracia y
dejar de mirar con indiferencia los asedios que esta tiene.