Medio: Correo del Sur
Fecha de la publicación: sábado 25 de agosto de 2018
Categoría: Legislación electoral
Subcategoría: Leyes nacionales y decretos reglamentarios
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El primer resultado de este procedimiento es que se les resta poder a los dirigentes de los partidos políticos, que son los que ahora deciden quiénes serán los candidatos, y se entrega ese pedazo al ciudadano. Lo siguiente es que las posibilidades sujetas a elección se diversifican. Por esas y otras razones, las elecciones primarias obtuvieron buenos resultados, para los votantes, en países como Argentina, Chile y Uruguay.
La propuesta no es nueva. Quienes la plantearon fueron precisamente los representantes de los partidos en las jornadas de diálogo para construir el proyecto de Ley de Organizaciones Políticas que se realizaron en julio. Si se cree que, por esto, los partidos están demostrando su interés en mejorar la democracia, es mejor no ilusionarse porque entre las propuestas también estuvo la de reponer el financiamiento estatal para esas organizaciones.
Sea como fuere, lo cierto es que el asunto fue planteado ya en julio, pero ahora es retomado por el oficialismo con una prisa tal que el proyecto comenzó a aprobarse en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Tan apurados estaban los legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) que propusieron que las primarias se realicen en enero de 2019. Eso motivó la inmediata reacción del Órgano Electoral Plurinacional, pues las fechas inviabilizarían el calendario de las elecciones presidenciales. En un documento oficial, dio a conocer que, en efecto, fue ese órgano el que presentó el proyecto de ley, pero proponiendo que las elecciones primarias se realicen recién en 2024.
Lo que se advierte, entonces, es una actitud de desesperación del MAS que ha visto en las primarias una nueva forma de legitimar el inconstitucional intento de repostulación del presidente Evo Morales. La fórmula es sencilla: si las elecciones primarias se realizarían en enero, como ahora se intenta, el partido en función de gobierno presentaría un binomio presidencial que obviamente incluiría a Morales como candidato a la jefatura del Estado. Si las primarias se realizarían, quienes asistan a votar legitimarían la nueva candidatura.
Ni siquiera la abstención serviría en este caso ya que, en Bolivia, el voto no solo es un derecho, sino también una obligación. Quienes no votan, están imposibilitados de realizar transacciones financieras durante tres meses y deben tolerar otras restricciones. Eso hará que, aunque estén en contra de la repostulación, muchos voten para que el presidente sea candidato como pasará con los aspirantes de los demás partidos.
Los resultados de las primarias tendrían el efecto de oficializar e, inclusive, habilitar candidaturas. Lo propio ocurriría con Evo Morales y, de ser propuesto por el MAS, con Álvaro García Linera. Ese es el razonamiento que ha llevado a los oficialistas a aprobar con urgencia el proyecto de Ley de Organizaciones Políticas.
Lo que se advierte, entonces, es una actitud de desesperación del MAS que ha visto en las primarias una nueva forma de legitimar el inconstitucional intento de repostulación del presidente Evo Morales