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Medio: Urgente BO
Fecha de la publicación: domingo 13 de octubre de 2024
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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En octubre se recuerda el Día de la Mujer Boliviana, un hito por demás importante en la construcción de equidad. Sin embargo, este mes fuimos testigos de la instrumentalización de la cual las mujeres somos sometidas en diferentes escenarios por quienes buscan obtener beneficios o consolidar poder, ya sea a nivel político o económico. En Bolivia, como en otros contextos, las mujeres son utilizadas como símbolos o herramientas en campañas, negociaciones y pactos de poder, con poco o ningún compromiso real por sus derechos o bienestar. Y estos días quedó en evidencia lo más preocupante, que son sometidas desde corta edad, desde la niñez y/o adolescencia.
A lo largo de la historia política en Bolivia, las mujeres han sido usadas como una estrategia para obtener el apoyo de sectores sociales, sin que esto se traduzca en una verdadera representación de sus intereses o luchas. Cuantas veces escuchamos las famosas agendas de género como un "discurso decorativo" para ganar votos, pero las políticas implementadas carecen de sustancia y terminan favoreciendo intereses de poder antes que los derechos de las mujeres.
En el contexto económico, a menudo las mujeres, especialmente aquellas en situaciones de vulnerabilidad (trabajadoras informales, indígenas, rurales), son tratadas como "moneda de cambio" para acceder a financiamientos, acuerdos comerciales o incluso como herramientas de explotación laboral. Empresas o gobiernos promueven iniciativas de “empoderamiento económico” de las mujeres, pero en realidad perpetúan la explotación, utilizando la inclusión femenina como fachada para atraer inversión o mejorar su imagen.
El sistema de Naciones Unidas con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, en particular el ODS 5 (Igualdad de Género) y el ODS 10 (Reducción de las Desigualdades) resalta que el trato de las mujeres como objetos de intercambio o como símbolos sin voz atenta contra sus derechos humanos fundamentales y perpetúa un ciclo de discriminación que va en contra de la agenda de igualdad. El cumplimiento de los ODS requiere un enfoque genuino en la inclusión de las mujeres como sujetos de derecho y agentes de cambio, no como herramientas de negociación política o económica donde cada actor juegue un papel propositivo y comprometido.
Existe una necesidad imperativa de cambio profundo en la forma en que las mujeres son percibidas y tratadas en los ámbitos político y económico. La verdadera equidad no se alcanzará mientras las mujeres sigan siendo vistas como instrumentos para alcanzar fines de poder. La lucha por la igualdad de género, debe enfocarse en empoderar a las mujeres de manera real, dándoles voz y asegurando que no se las utilice como piezas de un tablero político o económico.