Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 25 de agosto de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Víctor Hugo Chambi O. / Cambio
Jeremy Rosner, asesor y experto en marketing político estadounidense, definió la candidatura de Carlos Mesa a la Vicepresidencia en 2002 junto a Gonzalo Sánchez de Lozada, como lo reconoce el exmandatario en su libro La presidencia sitiada.
“Jeremy Rosner, que sería el enlace en Bolivia de la empresa estadounidense con sede en Washington que manejó la campaña presidencial en 2002, parte de la gestión de gobierno en 2002-2003 y la estrategia de demolición de mi propio gobierno desde Santa Cruz en 2004-2005, llegó a mi oficina en PAT acompañado de Amy Webber (una joven amable que como buena empleada acabó también en el ovillo de Mauricio Balcázar y Jeremy en la conjura contra mi administración), traía su inefable computadora portátil y me mostró sus encuestas. La cosa estaba clara en un contexto de 10 a 12 nombres entre quienes recuerdo a Mónica Medina, René Joaquino y Ana María Romero; mi nombre aparecía con el mayor porcentaje de conocimiento, credibilidad y favorabilidad de voto”, se lee en la página 32 del texto.
Mesa también admite que su intención era ser candidato a la presidencia del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), extremo que hizo conocer a Gonzalo Sánchez de Lozada en un almuerzo que tuvieron en enero de 2002, a lo cual el jefe del partido rosado replicó “con las dos cartas clave”.
La primera se trataba de “su” partido; el MNR fue hecho por Goni, como se conoce a Sánchez de Lozada, a su medida y semejanza; la segunda fue el dinero, ya que el empresario minero dejó entrever que no pagaría la candidatura de Mesa.
También da cuenta de que Sánchez de Lozada, Carlos Sánchez Berzaín y Rosner “sabían que era conmigo o conmigo, que ésa era la única opción, y que lo demás era el desastre”.
Entre tuto y Doria Medina
Otra intervención de la Embajada de Estados Unidos en los procesos electorales bolivianos se produjo en 2005, cuando la legación diplomática “promovió un entendimiento” entre Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga para que una consultora defina cuál de los dos sería su candidato, a través de una medición de la intención de voto.
La revelación la hizo conocer Martín Sivak, autor del libro Jefazo: retrato íntimo de Evo Morales, que en la página 231 de ese escrito da cuenta que tras los sondeos y la caída del candidato de Unidad Nacional, la Embajada de Estados Unidos determinó “prestar su apoyo decidido” a Quiroga.
En el pasado Los gringos definían candidaturas
El senador del Movimiento Al Socialismo (MAS) René Joaquino lamentó que en el pasado neoliberal hayan sido extranjeros los que definieron las candidaturas.
“Carlos Mesa manifestó en su libro que fueron los gringos los que definieron su candidatura. Eso sorprende a muchos porque una persona para que sea candidato o servir a un Estado no puede ser definido por otros, eso va contra todo sentimiento de patriotismo”, dijo a Cambio.
Al señalar que su persona o el presidente Evo Morales no pueden ser candidatos “reafirma que él está nuevamente en esa postura de que sean otros (extranjeros) quienes definan su candidatura”, acotó.
La senadora Eva Copa (MAS) lamentó que Mesa quiera cuestionar la postulación de Morales, ya que su sumisión al Gobierno estadounidense es evidente. Otra muestra de aquello fue su negativa a declarar contra Goni en el juicio por la masacre de 2003.