Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 27 de agosto de 2018
Categoría: Consulta previa
Subcategoría: Consultas megaproyectos
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Hace unos días, una comisión del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, que promueve la coexistencia armónica entre los seres humanos y el resto de seres de la naturaleza, visitó nuestro país a partir de una invitación realizada por indígenas que viajaron hasta Alemania para denunciar la vulneración de sus derechos y destrucción de la naturaleza en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
La Comisión del Tribunal, que tiene un carácter de representación simbólico, tenía el objetivo de escuchar a todos los involucrados en la problemática del TIPNIS para luego elaborar un informe sobre el que el Tribunal de la Madre Tierra tomará una posición en septiembre próximo. Para no tropezar con dificultades, coordinaron su visita con anticipación, además de recibir con beneplácito la declaración pública del ministro de Gobierno, Carlos Romero, que daba las garantías para que la comisión ingrese sin problemas al parque.
Grande fue la sorpresa cuando dicha delegación, integrada por personalidades en temas medioambientales, fue bloqueada a la entrada del Polígono 7. Los “dirigentes” tenían la instrucción de no dejar avanzar más a la comisión porque no había pedido permiso previamente. Confundidos y asustados, pero con la convicción permanente de no provocar conflictos, el grupo decidió volver sobre sus pasos.
No obstante, se dieron cuenta de que no podían hacerlo porque estaban también bloqueados por detrás. El momento más tenso de la travesía se dio cuando apareció un miembro de los “verde olivo” y les dijo que era recomendable que dejen sus vehículos, y que vuelvan a pie, ya que la Policía no podía garantizar su seguridad. La zona era catalogada como “históricamente conflictiva”.
Imposible pensar en retornar a pie, ya que por una parte había personas de la tercera edad en la delegación y, en algunos otros casos, existían dificultades probadas para caminar tantísimos kilómetros. Cinco horas tuvieron que esperar hasta que llegue la alta estructura dirigencial del lugar. Después de 30 minutos de “negociación”, recién pudieron retornar en un clima, descrito por ellos mismos como “hostil”. Las repercusiones no se dejaron esperar en el país y a nivel internacional. Con ellas surgieron varios cuestionamientos que deben servir para el debate.
¿Por qué la llegada de esta comisión internacional generó tanta susceptibilidad en el lugar?, ¿por qué no los dejaron llegar hasta el lugar donde existen plantaciones ilegales de coca? Si la protección en el área es tan férrea para dizque defender a la Madre Tierra, ¿por qué se acepta a colonos que siguen cultivando coca ilegal, que en poco tiempo degradará de manera definitiva la tierra? Por otra parte, los propios dirigentes reconocieron que son sólo tres de ellos los que deciden quiénes entran al Polígono 7 y quiénes no, sin importar si son connacionales o extranjeros.
¿Esto quiere decir que ni siquiera los bolivianos podemos ingresar a nuestro propio territorio? ¿Con qué fin se estarían creando una serie de republiquetas? Al parecer, existe una confusión sobre el concepto de propiedad que puede generar, no sólo conflictos entre bolivianos sino también uso y abuso de los recursos naturales dentro de un área protegida como el TIPNIS, donde, según sus propios dirigentes, ya existen focos de explotaciones ilegales de coca. ¿Y fábricas de algún tipo habrá?
Jorge Dulon Fernández es administrador público y cientista político.