Medio: El País
Fecha de la publicación: domingo 15 de septiembre de 2024
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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El presidente Luis Arce explicó con lujo de detalles en una reciente entrevista con Susana Bejarano su visión sobre la ruptura con Evo Morales que ha derivado en la tensión interna en el partido, pues hasta el momento se han ido eludiendo todas las posibilidades de resolver el conflicto por alguna vía democrática del propio Movimiento Al Socialismo (MAS). Arce responsabilizó exclusivamente a Evo Morales al que acusó de caudillo y de estar desconectado de los movimientos sociales, que son los “verdaderos propietarios del MAS”.
Esto y la virulenta reacción de Evo Morales, que aunque ha repetido argumentos han sonado esta vez a punto final han hecho que analistas y operadores coincidan en que el MAS está ahora en el peor momento y que han fracasado definitivamente las estrategias desplegadas por algunos actores para lograr un acercamiento para fortalecer el proyecto en el último año pensando en las elecciones.
El que más trabajó en la línea de la reconciliación fue Andrónico Rodríguez, protegido de Evo Morales en sus inicios y actual presidente del Senado. Nunca se ha dudado en las corrientes internas de su potencial incluso simbólico para reemplazar a Evo y poner en práctica una renovación consecuente. Tanto trabajó en esa línea que el propio Evo lo puso en cuarentena y le obligó a acudir al Congreso convocado unilateralmente y sin reconocimiento del TSE. Un día antes dio una conferencia para anunciar su lealtad a Evo, pero a la vez dijo no estar de acuerdo en la estrategia de crítica y desgaste permanente contra el gobierno. Unos meses después Morales le retiró el apoyo y él solo tuvo que lograr los apoyos para seguir presidiendo el Senado. Lo hizo incluso cediendo al discurso de la derecha y pactando una agenda contra sus pilares más elementales.
Aún así Andrónico ha seguido leal a Evo, exhibiéndose con más ahínco, lo que automáticamente lo ha neutralizado como candidato de la unidad, una situación seguramente forzada por el propio Evo.
En paralelo, la ofensiva coordinada desde el ministerio de Justicia de Iván Lima para neutralizar a Morales como candidato ha enardecido los ánimos. Primero fue una sentencia del Tribunal Constitucional que en su argumentación, y sin venir a colación, trataba de blindar el criterio de que la reelección no solo no era un derecho humano, sino que estaba prohibida en todos los casos salvo por una sola vez consecutiva. Después se suspendieron las primarias y después se anunció un referéndum para que fuera la población la que blindara esa interpretación constitucional sobre la reelección.
La estrategia no solo ha salido mal, sino que además ha causado un enorme costo institucional para el presidente y el gobierno, pues se avaló la autoprórroga de los Magistrados a toda costa y el propio Arce ha quedado en ridículo tras anunciar un referéndum que no se hará. A más, el choque directo y la persecución contra Evo ha llevado al partido al borde de la ruptura. Aun así Lima sigue en su puesto.
El asunto no se va a resolver pronto, pero el reloj ya está corriendo. La posibilidad de que el MAS se parta es más factible hoy que nunca. Sin duda todos los factores van a empujar para que así sea.