Medio: Opinión
Fecha de la publicación: martes 10 de septiembre de 2024
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Una vez más, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) volvió a ampliar el plazo para que los partidos políticos del país puedan renovar sus directivas. Y esta reiterada prórroga de plazos y “conminatorias” del TSE ya genera una serie de especulaciones, conjeturas y también susceptibilidades, no solamente en el ámbito de los partidos políticos, sino en la ciudadanía en general.
El TSE va perdiendo confianza y credibilidad, porque las veces que las autoridades de esta instancia anuncian la ampliación del plazo, al mismo tiempo aparentan mostrarse rígidos, efectuando advertencias y “conminatorias” a los partidos políticos para que procedan con la renovación de sus directivas.
De una o de otra manera, la papa caliente que quema a unos y otros, definitivamente es la división, la fractura interna en el partido de gobierno, el Movimiento Al socialismo. O, dicho de otra manera, las disputas, acusaciones y contracusaciones entre arcistas y evistas indudablemente ponen en permanentes aprietos a las autoridades electorales del país.
Tanto es así que el TSE ahora derivó al Tribunal Constitucional Plurinacional para que se pronuncie o emita un fallo sobre una acción de inconstitucionalidad que fue interpuesta por una de las dos fracciones del MAS. Mientras tanto, surge una interrogante: la nueva ampliación del plazo para la renovación de directivas de los partidos políticos ¿a quién o quiénes favorece? ¿Será que las amenazas del expresidente Evo Morales y de sus portavoces radicales para convulsionar el país tienen incidencia en las decisiones de Sala Plena del TSE?
Debido a la crisis interna del MAS, ahora es la mejor oportunidad (como no hubo antes) para que la oposición pueda ganar las Elecciones Generales del próximo año, aunque hasta el momento no se advierte una clara opción porque unos y otros hablan de “unidad”; pero se siguen repitiendo los errores del pasado y es que varios se consideran “presidenciables” y nadie quiere ceder.
A propósito de la oposición, también surge otra pregunta: para derrotar al MAS ¿será posible que se pueda consolidar una nueva opción política para ganar las elecciones de 2025?