Análisis
El fortalecimiento de la democracia en América Latina depende intrínsecamente de la transparencia, probidad, responsabilidad y eficacia en el ejercicio del poder público. De acuerdo con el artículo 4 de la Carta Democrática Interamericana “el fortalecimiento de la democracia requiere de transparencia, probidad, responsabilidad y eficacia en el ejercicio del poder público, respeto por los derechos sociales, libertad de prensa, así́ como del desarrollo económico y social”.
En la misma línea, los órganos del sistema interamericano han reiterado la estrecha relación que existe entre la democracia y la vigencia y respeto de los derechos humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha advertido que “el grave deterioro del Estado de Derecho en un Estado parte no sólo repercute en los niveles de gobernabilidad democrática; por el contrario, la experiencia histórica en Latinoamérica ha demostrado que el deterioro institucional implica la afectación de derechos fundamentales y crea un caldo de cultivo para posteriores situaciones de violaciones a los derechos humanos.
En ese sentido, la CIDH ha destacado que, para lograr un desarrollo democrático participativo y estable es necesario contar, entre otras, con un poder legislativo independiente y eficaz. Por lo tanto, es fundamental para los países contar con un poder legislativo independiente y eficaz que pueda actuar como garante de la democracia. Solo de esta manera se puede asegurar un desarrollo democrático participativo y sostenible, que proteja los derechos humanos y fortalezca las estructuras institucionales para prevenir futuras violaciones y garantizar la gobernabilidad democrática.