Medio: VISION 360
Fecha de la publicación: miércoles 24 de julio de 2024
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Un análisis de seis aspectos relacionados con el estado actual de las 11 organizaciones políticas de alcance nacional muestra que, desde 2003, se ha generado una continua pérdida de institucionalidad. Una muestra de ello es que tanto el partido más grande, el Movimiento Al Socialismo (MAS), como el de mayor trayectoria histórica, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), están en riesgo de perder su personería.
Salvo en el caso del MAS (y a pesar de su fractura interna), analistas ya ven necesaria la búsqueda de alianzas para presentar propuestas sólidas con miras a las elecciones 2025.
“Los partidos políticos perdieron institucionalidad a raíz de la pérdida de sus militantes, todo lo contrario a lo que pasa con el MAS”, afirmó el abogado y analista político Paul Antonio Coca, en contacto con Visión 360. No obstante, sostuvo que el ser una de las organizaciones con más militantes no la excluyó de las pugnas internas que la desgastan y podrían generar la pérdida de su personería jurídica.
Explicó que el MAS es el único partido político, desde 2005, que logró postular a candidatos titulares y suplentes en todos los niveles de gobierno: nacional, departamental y municipal. Esta figura podría cambiar en los próximos comicios, de persistir dichas pugnas internas.
“Entonces, el momento en que los partidos políticos tradicionales pierden militancia, implica automáticamente la pérdida de votos y, por ende, la pérdida de presencia en el escenario nacional político. Sumado a eso, en lugar de que los partidos tradicionales se abran a nuevas generaciones, nuevas ideas, entablaron peleas internas entre dirigentes, otro factor para la salida de sus militantes y la falta de renovación para continuar un buen relacionamiento con la sociedad”, explicó Coca.

Mayoría azul
El vocal Tahuichi Tahuichi Quispe, del Tribunal Supremo Electoral (TSE), explicó a Visión 360 que 1.950.811 personas figuran inscritas ante esa instancia, como militantes de las 11 organizaciones políticas de alcance nacional. De ese total, el 56% pertenecen al MAS y los otros 10 partidos se dividen el 44%, con Demócratas que alcanza el 12% de adeptos, como la segunda fuerza política del país.
Muy por detrás están el Movimiento Tercer Sistema (MTS), con 6% del total de militantes inscritos; le sigue el Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), con 5%. En tanto, Unidad Nacional (UN), Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) tienen el 4% de militantes, cada uno.
Finalmente aparecen Unidad Cívica Solidaridad (UCS), con el 3%, y Frente Para la Victoria (FPT), Acción Democrática Nacionalista (ADN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC) con el 2%, cada uno.
En el sistema del TSE no figuran los militantes de Comunidad Ciudadana (CC) ni de Creemos, que son las otras dos representaciones políticas que, junto con el MAS, lograron escaños en la Asamblea Legislativa, debido a que son producto de alianzas entre las organizaciones políticas de alcance nacional y otras agrupaciones ciudadanas municipales o departamentales.
Democracia pactada
En ese contexto, Coca mencionó que antes de la crisis de 2003 existía una democracia pactada; los principales partidos políticos eran ADN, MNR, UCS y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Le seguían otros, con poca representación y menos poder político, como Conciencia de Patria (Condepa), FRI, Nueva Fuerza Republicana (NFR) y el Movimiento Bolivia Libre (MBL).
Describió que posterior a los conflictos de octubre de 2003 y la salida de Gonzalo Sánchez de Lozada de la Presidencia, se consolidaron agrupaciones como el Movimiento Sin Miedo (MSM), Plan Progreso, agrupaciones ciudadanas, pero principalmente el Movimiento Al Socialismo Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS - IPSP), que logró hacerse del poder en todos sus niveles, desde 2005.
"El momento en que los partidos políticos tradicionales pierden militancia, implica automáticamente la pérdida de votos", señaló el analista Paul Antonio Coca.
En ese marco, se observa que desde ese año el MAS obtiene un masivo apoyo tanto en las ciudades como en el área rural, lo que provoca que el resto de los partidos políticos pierdan militantes y votos, por la renovación de dirigentes indígenas.
“Ahora, los partidos políticos (tradicionales) cumplen con lo necesario para estar en vigencia, pero no van más allá, como tratar de recuperar adeptos para ofrecer una postura política con más peso”, manifestó Coca.
Obligados a participar
El vocal Tahuichi explicó que otros ejes que se deben observar, en el estado actual de las 11 organizaciones políticas de alcance nacional, son la cantidad de amonestados, los que no cumplieron con la actualización de sus estatutos orgánicos, no renovaron el dato de su militancia, incumplieron con la renovación de sus directivas, y las que tienen la obligación de participar en las siguientes elecciones, de 2025, para evitar que se las despoje de su personería jurídica.
El tema está previsto en el artículo 58 de la Ley 1056 de Organizaciones Políticas, sobre la “cancelación de personalidad jurídica” de partidos políticos y agrupaciones ciudadanas, que menciona en el inciso "c", que una de las causales es “no concurrir de manera consecutiva a dos elecciones, según su alcance, como organización política”.
“Hay cinco partidos políticos que están obligados a participar en el siguiente proceso electoral. ADN, MNR, MTS, UCS y UN (…) El resto tiene la chance de pedir una licencia o no participar en las elecciones presidenciales 2025”, detalló el vocal.
Amonestados
Otro factor que resalta es la situación del MAS, MNR, FPV, ADN y PDC, que no cumplieron con la renovación de sus directivas. Tahuichi explicó que este hecho, por el momento, no es determinante para inhabilitarlos a participar en las siguientes elecciones.
Por otra parte, el TSE tiene el registro de cinco organizaciones políticas que incumplieron diferentes normativas electorales, por lo que tienen una amonestación. Se trata del MTS, MNR y el MAS, las dos últimas por no renovar sus directivas. En tanto, ADN y PDC cuentan ya con dos amonestaciones, ambas por no renovar sus directivas, pero también, la primera, por no actualizar el dato de sus militantes y, la segunda, por no actualizar sus estatutos. Recordemos que, de sumar la tercera amonestación, las organizaciones políticas infractoras perderán su personería jurídica.
Por último, con menos incidencia, también figuran los datos sobre dos partidos políticos que no actualizaron la información sobre su militancia, como son FPV y ADN. Finalmente, los que no adecuaron su estatuto orgánico son PAN–BOL y PDC.
Las alianzas
En relación con otro aspecto sobre los siguientes comicios, el analista Coca explicó que en la historia electoral moderna, al margen de la cantidad de militantes inscritos, el departamento de La Paz, que tiene una población cercana a los tres millones de habitantes, ha aportado con más de un millón de votos para el MAS en las últimas elecciones.
Coca considera que la pretensión política de los opositores, de conformar un bloque único que haga frente al MAS, no se dará, debido a que hay grupos con más representatividad y eso podría derivar en una pugna interna.
“Los partidos de oposición tienen dos opciones, ir a las elecciones generales solos o en alianza. Algunos optarán por la última, con tal de no perder la vigencia política y evitar disminuir su militancia a un 3% o lograr una participación importante en la Asamblea Legislativa”, dijo.
Tahuichi explicó que las organizaciones políticas pueden recurrir a una serie de fórmulas, en el tema de las alianzas, e incluso a personas externas para viabilizar su participación con pretensiones de ganar votos. Señaló que el candidato presidencial incluso puede ser un invitado.
Por supuesto, las 11 organizaciones políticas que tienen representación nacional tienen la opción de hacer alianzas entre ellas. Una segunda opción es que el partido político forme una coalición con una agrupación regional, municipal o departamental.
Sin embargo, recordó que, cuando se conforma la alianza, el grupo de partidos debe elegir una nueva denominación, la cual será informada al TSE, bajo un “acuerdo rector”, que además establece que sus estatutos orgánicos pueden modificarse.
Es lo que sucedió con las alianzas de Creemos y Comunidad Ciudadana, cuya alianza fenece el 8 de noviembre de 2025.
La autoridad electoral apuntó que hay una figura para las alianzas, pero que no podrá darse en Bolivia por ahora, en relación con que nueve representaciones departamentales se unan para formar un solo frente y participar así en las elecciones generales. Esto no puede suceder actualmente, explicó el vocal, porque Cochabamba no cuenta con una organización de nivel departamental para completar las nueve representaciones.

Asimismo, Tahuichi precisó que, ante esa falta de presencia de los actuales partidos políticos, la población que sienta la necesidad de participar en las elecciones generales podría optar por organizarse en torno a tres figuras electorales.
“La Constitución Política del Estado (CPE) prevé que pueden participar tres entes o instituciones. La primera es la organización indígena originaria; la segunda opción es participar en torno a las agrupaciones ciudadanas, que pueden participar en elecciones generales; y tercero, los tradicionales partidos políticos. Esto figura así en el artículo 209 de la CPE”, manifestó Tahuichi.
Programas de Gobierno
Finalmente, el vocal Tahuichi señaló que todas las organizaciones políticas cuentan con un programa de gobierno, por ser un requisito al momento de su creación y renovación de estatutos y directivas. No obstante, estos documentos no están actualizados.
Explicó que el programa de gobierno, actualizado, será un requisito para postular en las siguientes elecciones generales, y la falta de este documento podría dejar fuera de la competencia a la agrupación política.
Un motivo por el cual el documento es requerido, solo antes de la postulación oficial, es que debido a la variedad de alianzas que podrían darse, los objetivos políticos podrían cambiar.