El 17 de julio se recuerda el fatídico golpe de Estado del general Luis García Meza y mucha gente ha realizado alguna manifestación respecto al respeto a la democracia y a aquella época en la que el ministro Luis Arce Gómez dijo: “Todos aquellos elementos que contravengan al decreto ley tienen que andar con su testamento bajo el brazo, porque vamos a ser taxativos, no va a haber perdón”, al momento de anunciar el Decreto Ley de toque de queda.

El Movimiento al Socialismo lleva 18 años en el poder, muchos de los discursos del expresidente Evo Morales y del actual, Luis Arce, han mencionado favorablemente a Marcelo Quiroga Santa Cruz, aquel político muerto por el Gobierno golpista de 1980; sin embargo ni Arce ni Evo movieron un milímetro los archivos militares, donde seguramente está la información sobre la muerte y desaparición de Marcelo Quiroga Santa Cruz, Carlos Flores y otras víctimas.

Es ampliamente conocido que durante el juicio de Núremberg se abrieron archivos militares nazis y se pudo conocer sobre la muerte y desaparición de judíos en Europa, con lo que se sentenció a los responsables; en Latinoamérica, el año 1985 se realizó el juicio a las juntas militares de la dictadura de Rafael Videla, de donde se acuña la frase “Nunca más” y ha sido representada en la película “1985”, premiada en varios festivales, entre los que destaca el Premio Goya 2023 como mejor película iberoamericana.

Muchos se llenan la boca de la palabra democracia, pero al tener en manos la posibilidad de esclarecer hechos que la denigran se hace evidente una incongruencia atroz, no sólo porque estarían protegiendo a culpables, inclusive algunos ya muertos, sino porque aún muchas familias bolivianas lloran ausencias sin tener certeza del cómo y dónde su ser querido ha desaparecido, porque el luto no lo terminan de sentir hasta no ver al cuerpo fallecido o llorar en donde se encuentren los restos de un desaparecido en la dictadura.

Es evidente la inconsistencia de quienes hablan de democracia, pero al mismo tiempo han ignorado el resultado de un referéndum, que han encarcelado a personas por pensar diferente, perseguido a otros por mantener una “posverdad” o querer reescribir la historia.

Si realmente quieren hablar de democracia, quieren “recuperar” la democracia, no inventen pseudogolpes, abran los archivos militares y cierren el asunto, porque esas heridas aún están abiertas.