Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: jueves 23 de agosto de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Una embajada conspiradora y financiadora, grupos herederos de las antiguas dictaduras que se disfrazan de ‘plataformas ciudadanas’, fondos a raudales para movilizar a detractores y un plan golpista contra la postulación de Evo Morales en las elecciones de 2019 conforman un esquema oportunamente denunciado estos días por el Jefe de Estado.
La alerta recuerda ejemplos frescos del acontecer latinoamericano, como la situación que viven Venezuela y Nicaragua, donde la resistencia derechista a los gobiernos progresistas es financiada por Estados Unidos, según la privilegiada información presidencial, que ha dejado al desnudo las instrucciones del Encargado de Negocios de Donald Trump en Bolivia, y que constituyen todo un ejemplo de injerencia e intervencionismo.
La táctica es enfrentar al pueblo boliviano con su Proceso de Cambio, de acuerdo con la prevención subrayada por el primer ciudadano del país, mediante convulsiones y confrontaciones callejeras que desembocarían, incluso, en tentativas audaces para impedir el verificativo de los próximos comicios generales.
Sin embargo, hasta ahora las intentonas sólo se han traducido en fracasos, que ya se recuentan precisamente en las redes sociales.
El primer golpe fue propinado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que mediante su relator enviado a Bolivia rechazó su solicitud de aplicar medidas cautelares para impedir la postulación del Presidente, pero sobre todo les dijo: “no hay dictadura”.
El último fue asestado, curiosamente, por los mismos opositores al encender un globo aerostático con los colores de la bandera nacional, sin medir el riesgo para uno de los símbolos más entrañables de los bolivianos.
El más reciente instructivo del jefe de la legación estadounidense recae en el ridículo, pero igualmente peligroso afán, de convertir a funcionarios en espías, ofreciéndoles las treinta monedas de oro de la traición atávica para que filtren información que, tergiversada, pueda ser utilizada para acusar al Gobierno y su jefatura.
¿De qué? ¿Del desarrollo alcanzado en los últimos 12 años? ¿De las diferencias entre uno y otro tipo de Estado? ¿Del empoderamiento actual de sectores otrora marginados de la economía, la política, la sociedad y la cultura? Con base en ésas y otras preguntas es probable que los bolivianos decidan el próximo año sobre la permanencia del Proceso de