Medio: La Razón
Fecha de la publicación: domingo 07 de julio de 2024
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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El encuentro multipartidario e interinstitucional impulsado por el Tribunal Supremo electoral (TSE) corre el riesgo de convertirse en un espacio de desencuentro. Y es que, por alguna extraña razón, en lugar de realizar una convocatoria amplia, incluyente y de alto nivel, los vocales optaron por criterios discrecionales para definir quiénes participan. Mala decisión que puede malograr una buena iniciativa.
Habíamos destacado en este espacio que la reunión convocada por el TSE podía ser un valioso momento de acuerdo que brinde certidumbre sobre el próximo ciclo electoral. Y ello dependía de los participantes. Ahora está en duda la legitimidad de una cita entre fuerzas políticas que de entrada excluye al líder del principal partido. Más allá de su división interna, el MAS-IPSP continúa siendo un actor estratégico en el campo político. Por ello, si el TSE pretendía un equilibrio entre sus dos facciones, le salió mal.
La “cumbre” que se realizará este miércoles tiene el propósito de facilitar las condiciones que viabilicen las elecciones generales. Es algo necesario y saludable en un contexto marcado por las disputas políticas y la incertidumbre. Al ser una elección de mandato fijo, la convocatoria corresponde al TSE. La premisa es inequívoca: el 8 de noviembre de 2025 es la fecha “definitiva, inamovible e impostergable” para la posesión del nuevo binomio presidencial electo. Para ello, los comicios deben realizarse en agosto.
En ese camino, la reunión del miércoles considerará el futuro de las elecciones primarias. El vocal Tahuichi, que con sus excesos verbales funge como vocero del TSE, anticipó que la propuesta es eliminarlas. No es la posición de los actores que decidirán en la Asamblea Legislativa: el hoy excluido evismo quiere primarias cerradas este año, como está previsto en la ley; en tanto que Comunidad Ciudadana, Creemos y voces del arcismo plantean postergarlas y abrirlas para 2025.
Los otros aspectos que el TSE planteará en la reunión están vinculados a la integridad del proceso electoral y no debieran generan controversia. Se trata de garantizar técnicamente, con acompañamiento de los actores políticos, la redistribución de escaños y delimitación de circunscripciones, la solidez y confiabilidad del padrón electoral biométrico, y la implementación de un sistema oficial de resultados preliminares. Se estima que estos aspectos sean derivados a mesas técnicas.
Ante tan valiosa agenda democrática e institucional, es lamentable que la iniciativa se haya puesto en cuestión antes incluso de su realización. Los vocales del TSE debieran rectificar la convocatoria a fin de lograr que efectivamente sea una cumbre multipartidaria con la participación de los principales líderes políticos y no un evento contaminado por inclinaciones en torno a la disputa interna del masismo. La integridad de las elecciones 2025 es demasiado importante como para dejarla librada al cálculo de intereses.