El nuevo comandante del Ejército, general José Wilson Sánchez, quien fue posesionado la tarde de este miércoles, ordenó el repliegue de todas las unidades militares que se encuentran en las calles y pidió a Juan José Zúñiga, jefe militar depuesto, que no deje sangre de los soldados.

“En representación de los tres comandantes de fuerza pido, ordeno, dispongo que todo el personal que se encuentra movilizado en las calles debe retornar a sus unidades”, dijo durante un breve discurso que pronunció tras ser posesionado por el presidente Luis Arce, en la Casa Grande del Pueblo.

Sánchez manifestó que esta posesión es diferente a la que uno espera por las circunstancias que se presentaron; sin embargo, es una gran satisfacción ocupar el cargo de comandante del Ejército, de la Fuerza Aérea y de la Armada, por lo que agradeció la confianza.

Manifestó que es “una situación especial” porque nadie desea ver las imágenes que se ven en las calles, llenas de militares y tanquetas.

El flamante comandante indicó que Zúñiga “fue un buen comandante”, a quien le pidió que “no deje sangre derramada de nuestros soldados, no está bien”.

Aseveró que el nuevo alto mando militar cumplirá lo que dice la norma, la Carta Magna y las leyes que rigen a la institución militar, y estará siempre pendiente de que “permanezca el orden legalmente constituido y el gobierno legalmente constituido”.

Tras la posesión del nuevo alto mando militar, las unidades militares y tanquetas se fueron retirando de la plaza Murillo.