Zúñiga y varios de sus camaradas y miembros de la Policía Militar cercaron todos los ingresos a la principal plaza de la ciudad de La Paz. La reacción de los afines y funcionarios al gobierno de Luis Arce Catacora fue inmediata, quisieron ingresar a la plaza, momento en el que fueron reprimidos con gases lacrimógenos y disparos de balines. Durante las casi cuatro horas que duraron los disturbios, al menos nueve personas fueron afectadas. En todos los casos, los impactos de balines y granadas produjeron heridas; algunas fueron profundas y originaron sangrados.

“Llamen ambulancia, ambulancia llamen, es profundo”, decía una persona que atendía a uno de sus compañeros que fue impactado en el muslo alrededor de las 17:30. El herido, fue evacuado por la calle Potosí, donde fue auxiliado por varios civiles quienes le dieron los primeros auxilios. Uno de los manifestantes que lo acompañaba mostró a los medios de comunicación una pequeña esfera negra, como prueba del uso de balines para reprimir las manifestaciones.

15 minutos antes otro manifestante era evacuado por un grupo de funcionarios públicos. Tenía una de las piernas completamente ensangrentada. Poco antes otra persona había recibido un disparo en la parte posterior de la pierna que le dejó una herida. Entre los afectados también se encuentra la concejala del municipio de La Paz, Roxana Pérez del Castilllo, militante del Movimiento al Socialismo (MAS).  En su caso un balín le dejó una herida y un hematoma en uno de los muslos.

Otros daños fueron causados por los gases lacrimógenos. Varios de los manifestantes, luego de aspirar el químico, sintieron una especie de asfixia, mientras que otros presentaron sangrados por la irritación de las fosas nasales y la piel.