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Medio: Urgente BO
Fecha de la publicación: domingo 30 de junio de 2024
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Acciones contra la democracia
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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El 26 de junio del 2024 será recordado en la historia de Bolivia como el día en que el gobierno de Arce recurre a la congoja, solidaridad de organismos internacionales, pronunciamientos de países, al sentimiento democrático de la población, para postergar los problemas económicos; sin importar, el incremento del riesgo país que ahuyenta capitales y el ingreso de dólares., con la puesta en escena de un show mediático militar ¿Cuáles fueron los problemas económicos que llevaron a la creación de un espectáculo mediático militar?
Para analizar el problema económico, recurriremos a lo que pasa en la economía familiar. Cuando los ingresos de la familia caen de manera repentina y abrupta por algún hecho importante, desempleo, cambio en los contratos, disminución de precios si comercia productos, entre otros, y la familia ya tenía establecidos los gastos en la misma proporción a los ingresos; entonces, se genera un agujero económico. En economía esta diferencia se llama déficit fiscal, que por cierto Bolivia los arrastra desde el 2014, siendo uno de los más altos en el mundo, por encima del 11% del PIB, que actualmente se oculta esta información con mucho recelo. Al haber mantenido el mismo nivel de gasto público, y mantener un hueco actual de más de 5.000 Millones de dólares, es prácticamente titánico sostenerlo, ese monto esconde el alto nivel de subvención a los combustibles y los gastos excesivos del gobierno.
En el caso de una familia, que cuenta con ahorros (efectivo, terrenos y vivienda, u otros activos), puede utilizar el ahorro para financiar esa disminución de ingresos por un tiempo; pero, lo que inmediatamente hace es recortar sus gastos o busca nuevas oportunidades para generar ingresos, hasta equilibrar sus finanzas. Lo que el gobierno boliviano hizo, con las decisiones irresponsables de Evo Morales y Luis Arce Catacora, es financiar el déficit fiscal con los ahorros del país, liquidaron las Reservas Internacionales que el 2014 se encontraban en más de 15.000 millones de dólares para reducirlos a menos de 2.000 millones de dólares el 2024. Vendieron el oro y los Derechos Especiales de Giro del FMI. Las reservas internacionales sirven para cumplir compromisos financieros internacionales y por eso actualmente Bolivia tiene problemas en la provisión de dólares a los importadores y pagar por la compra de combustible.
Al no haber afrontado los problemas económicos de raíz, y no haber revelado la verdadera situación económica actual del país, el gobierno boliviano empezó a sentir las demandas de la población canalizadas por las organizaciones sociales (llámese proyectos para las comunidades), los municipios y gobernaciones por su parte empezaron a sentir la reducción de los ingresos por la reducción del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) debido a la caída en los ingresos por la venta del gas, y por tanto presionan con el cobro de créditos aprobados por la Asamblea Plurinacional entre el 2020 y 2023 que totalizan un valor de 4.000 millones de dólares y algunos todavía están sin desembolso, los sectores del transporte anunciaban paro con bloqueos, los médicos anunciaron nuevos paros. El gobierno empezó a usar el último reducto de fondos disponible en la Gestora lo que enojó a los jubilados. A nivel internacional se hizo público la encuesta de Gestión Presidencial de CID Gallup poniendo a Arce con un 12% de aprobación, el segundo peor aprobado. Ante ese panorama social, político y económico, el gobierno necesitaba un oxígeno que le permita continuar con su gestión.
El 26 de junio, a plena luz del día, con los canales de televisión listos para transmitir en vivo, en Bolivia se presencia un hecho insólito, todo centrado en la Plaza Murillo y que sirve como cortina de humo para tapar la realidad económica, algo similar al 2019 que sirvió para tapar el fraude electoral en la que no pudieron controlar como lo hicieron ahora, ya que la población estaba enfurecida por el fraude electoral, y que derivó en un gobierno transitorio. Para esclarecer los hechos se necesita la participación de la comunidad internacional en las investigaciones, ya que la justicia boliviana carece de credibilidad y está al servicio del gobierno; en este segundo “autogolpe” sí tuvo un efecto, mediático sobre todo, la secuencia de las imágenes hacen suponer que parecía de laboratorio, donde el “supuesto usurpador del poder” conversa con el “posible depuesto presidente”, y por propia declaración del General Zúñiga, amigo y compañero de actividades deportivas de Arce, se conoce que actuó bajo sus órdenes. La única diferencia de esta vergonzosa fecha histórica es que la población fue objeto, no sujeto histórico, y todo para tapar la frágil situación económica del país.
Por consiguiente, si Melgarejo disparó contra las nubes para hacer llover, un 26 de junio será recordado como el día en que los bolivianos presenciamos movimientos militares para desarticular las posibles colas en los surtidores y casas de cambio, para desbaratar los conflictos sociales anunciados y tapar los verdaderos problemas económicos y así reavivar el sentimiento nacionalista incluso de sus opositores, utilizó el titular “intento de golpe de estado” para generar solidaridad internacional de organismos internacionales, y seguramente alguna pausa económica de los proveedores de combustible. También, para recibir un cheque en blanco para endeudar más al país en complicidad de organizaciones sociales, alcaldes y gobernadores, endurecer la persecución política e implementar una dictadura con rostro democrático.
(*) Economista