Medio: Urgente BO
Fecha de la publicación: viernes 28 de junio de 2024
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Hace dos días, Bolivia vivió una especie de montaje teatral mal escrito, donde los actores son miembros del ejecutivo, militares que serán retirados (que luego son aprehendidos) y población civil para tener un ambiente casi revolucionario.
Primero, el diputado de Comunidad Ciudadana (CC), José Ormachea, hizo una denuncia el jueves 13 de junio, afirmando que 80 militares venezolanos llegaron a territorio boliviano sin el permiso correspondiente de la Asamblea Legislativa. Esta denuncia no fue tomada en cuenta y simple y llanamente el legislador no fue escuchado.
Luego aparece el Vicepresidente David Choquehuanca el 20 de junio impartiendo una charla a los militares venezolanos, dictó una conferencia denominada “Volver al equilibrio” a un grupo de militares de la “VII Cohorte de Maestría en Planificación y Conducción Operacional Militar de Venezuela”(vision360.bo). Claramente este evento no tiene sentido si no podemos concatenar con los sucesos acaecidos el día miércoles 26 de junio de 2024, pues todo tiene un fin y tiene un plan.
Las primeras horas de la tarde de este miércoles 26 de junio, unos cuantos militares armados con fusiles de guerra, pasamontañas, autos blindados ingresan a la Plaza Murillo, donde desalojan a todas las personas del lugar. En unos minutos salen el Ministro de Gobierno para increpar a un soldado en busca de “quién está al mando”, llegando a un blindado donde golpea la ventana para pedir que salga del vehículo. En seguida vemos la salida del Comandante del Ejército de Bolivia Juan José Zúñiga y luego de tumbar la puerta de palacio ingresa en busca del Presidente Luis Arce Catacora. Hasta aquí parece un hecho claro de Golpe de Estado.
Más tarde, luego del cruce de palabras entre ambos personajes (no olvidemos que estamos hablando de una obra de teatro), el General se retira para luego ser aprehendido por miembros de la FELCC y el mismo Viceministro de Régimen Interior y Policía Jhonny Aguilera, momento en el cual el General Zúñiga vierte sus declaraciones a la prensa indicando que todo esto fue hecho a pedido del mismo Presidente Arce. Muchos querrán opacar estas palabras, pero sus actos y el teatro vivido denotan que tiene sentido lo declarado y concuerda con la realidad del país, pues entre sus declaraciones indicó que lo hizo para subir la popularidad del Presidente en este ambiente político que se vive antes de las elecciones programadas para la gestión 2025.
Bolivia está viviendo una crisis económica y política desde el fraude ocurrido en octubre de 2019. Las elecciones donde ganó el presidente Arce, que por cierto era para que pueda levantar la economía, estuvieron plagadas de agitaciones y promesas que no pudieron ser cumplidas y no podrán ser realidad si seguimos el camino impuesto por este gobierno. La falta recurrente de combustibles, la desaparición de la moneda estadounidense, la cercanía de las elecciones, el rompimiento del proyecto MAS-IPSP y la inconformidad de los sectores sociales, han generado en el centro del mismo gobierno una especie de maniobras para prevalecer arriba dentro de la tormenta. Tanto es su desesperación, que convocaron o clamaron la ayuda del Régimen Dictatorial de Nicolás Maduro para armar su teatro. Para Evo Morales fue una ayuda liderada por Hugo Chávez, pero para Luis Arce queda los planes que puedan gestar los militares venezolanos enviados por Maduro.
Alguien dijo que nada se hace a la ligera y tiene razón. Las maniobras realizadas por Arce y Zúñiga, han levantado los ánimos de los alteños, de los sectores que apoyan al Presidente y pretenden sentar una especie de personaje reconocida, cuando en la realidad es para subir el porcentaje de aceptación antes de las elecciones.
Podemos elegir no ver desde el lado crítico toda esta “obra maestra”, pero debemos recordar que por un día el presidente no tuvo que hablar o enviar mensajes sobre cómo afrontar la crisis que vivimos, no tuvo que pensar en la forma de satisfacer las peticiones de sectores sociales que están a lado de Evo Morales, porque en Bolivia no se trabaja para todos, se trabaja para sectores que bloquean, sectores que tratan de someternos al miedo y sobre todo, se trabaja para acrecentar la desconfianza del uno contra el otro.
Al paso que vamos, presumiblemente es posible que las elecciones judiciales quedarán suspendidas, las elecciones primarias no podrán realizarse y, por último, las elecciones presidenciales estarán sujetas a los caprichos de los sectores sociales y las fuerzas políticas que buscan apoyo en sectores sociales que acumulan ira en contra de quienes pensamos diferente. Al final estaremos a merced de conflictos y más conflictos, porque creen que en la convulsión está la solución de los males que Bolivia arrastra desde el 2006.