Medio: El Diario
Fecha de la publicación: viernes 28 de junio de 2024
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Acciones contra la democracia
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Afirmando que la Fiscalía General y todo el actual sistema de justicia boliviano no brindan las garantías para una investigación transparente alrededor del intento de golpe de Estado ejecutado por el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, asambleístas nacionales plantearon conformar una Comisión Especial Legislativa encargada de investigar los antecedentes y hacer seguimiento de los procesos alrededor de este hecho.
Tras las horas de tensión vividas en plaza Murillo, la tarde del miércoles, cuando tropas del Ejército, lideradas por el general Juan José Zúñiga, tomaron kilómetro cero con media docena de tanquetas y otros vehículos militares, en un fallido intento de golpe de Estado, legisladores coincidieron en el pedido para conformar una comisión de investigación, que garantice la transparencia de la que adolece el actual sistema de justicia.
Para el diputado por Comunidad Ciudadana, Oscar Balderas, en un Estado de Derecho no puede permitirse que tropas militares circulen libremente entre la población civil, sin la respectiva autorización para sus tareas, por lo que es necesario indagar en los pasos que se saltaron para que blindados y tropa hayan llegado hasta el centro del poder sin llamar la atención de autoridades.
“Esto no puede permitirse, más aún cuando no ha existido autorización para la movilización de tropas armadas hacia la plaza Murillo por parte de la Asamblea Legislativa, esto debería haber sido autorizado por el Parlamento tal como establecen los reglamentos”, puntualizó el legislador beniano.
En ese sentido, informó haber formalizado una solicitud al presidente de la Cámara de Diputados, Israel Huaytari, para que se pueda conformar una Comisión Especial del Legislativo, cuya misión sea hacer una “investigación minuciosa” de todos los pormenores en relación al intento fallido de golpe acontecido esta semana, esto con la finalidad de establecer responsabilidades y conocer con exactitud quiénes fueron los que llevaron adelante el fallido plan. “Se debe saber la verdad”, sostuvo.
En criterio de Balderas, una de las principales motivaciones para elevar este pedido es la falta de confianza en el Ministerio Público y en todo el sistema de justicia en su conjunto, por no brindar las garantías necesarias para la ejecución de una investigación transparente al respecto.
“Se necesita una investigación objetiva de esto, no podemos adelantarnos, se debe esclarecer y establecer responsabilidades sobre los autores materiales e intelectuales de estos lamentables sucesos que han provocado inestabilidad social en la población”, aseveró.
Desde la agrupación Creemos, el senador Henry Montero, coincidió con su colega Diputado en la necesidad de que desde la ALP se ejecuten todos los mecanismos para establecer la verdad de los hechos en un tema que no puede quedar sin las respectivas sanciones para sus responsables, previa investigación.
“Nosotros vamos a pedir a instancias internacionales que puedan ser parte de este proceso de investigación, porque no se pueden quedar sueltas las palabras del general Zúñiga sobre todo lo ocurrido el miércoles”, dijo.
Asimismo, indicó que en el Senado se cuentan con los mecanismos para conformar comisiones destinadas a investigar este y otro tipo de hechos con la participación de las tres fuerzas políticas con representación parlamentaria.
“Se va a empezar a trabajar en busca de la verdad y sin tintes políticos porque no se le puede mentir al pueblo boliviano ni someter a la zozobra a la ciudadanía”, adelantó el Senador, pidiendo que la justicia continúe trabajando y el Presidente del Estado se dedique a trabajar en los problemas del país.
El miércoles, poco antes de las 15 horas, el general de Ejército, Juan José Zúñiga, llegó a plaza Murillo con media docena de tanquetas y carros militares. Conforme pasaban los minutos, la población comenzaba a hablar de un golpe de Estado en marcha, mientras funcionarios públicos del Ejecutivo y del Legislativo continuaban con sus labores cotidianas.
La presencia de medios de comunicación y la formación de tropas con uniforme camuflado comenzó a dar forma a esa figura, la cual no se vive en Bolivia desde 1982.
Zúñiga y su acompañante estacionaron una tanqueta en la puerta del antiguo Palacio de Gobierno y durante media hora no hubo ninguna señal de lo que sucedía. El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, llegó a “kilómetro cero”, se acercó al motorizado y luego de identificar al jefe del Ejército como quien movió a las tropas, comenzó a pedirle que baje y que “todavía estaba a tiempo” para abandonar esa aventura golpista.
Zúñiga salió de la tanqueta y explicó que había llegado al lugar para “expresar la molestia de su sector”, por el mal manejo del Gobierno y con ello pidió el cambio de ministros, anunciándolo como parte de una decisión personal.
Todos los medios comenzaron a hablar de un golpe de Estado, mientras líderes políticos se expresaban por las redes sociales, desde el propio mandatario Luis Arce, el jefe masista Evo Morales o los opositores Carlos Mesa y Jorge Quiroga.
Poco después, una tanqueta avanzó hasta la puerta principal de Palacio Quemado y la derribó. Pasaron algunos minutos y Zúñiga entró al que hoy es un museo y fue recibido por Arce y algunos de sus ministros, incluida la ministra de la Presidencia, María Nela Prada que le exigía “respete a su capitán”.
La tensión duró unos minutos hasta que Arce pidió al ahora exjefe militar, replegarse sin obtener respuesta afirmativa. Los militares continuaban formando barricadas para tratar de evitar el ingreso de militantes del MAS.
En otra declaración, Zúñiga dijo que su misión era “reestructurar la democracia” y acusó a los gobernantes de los últimos 40 años de haber llevado al país a esta situación. Luego, añadió que por pedido de sus bases, se iba a liberar a todos los presos políticos.
De forma paralela, el mandatario convocó a su gabinete en el edificio de la Casa Grande del Pueblo, para denunciar un intento de golpe de Estado y luego decidió hacer el cambio del Alto Mando Militar para dejar a Zúñiga sin ninguna autoridad sobre las tropas.
En su primera alocución el nuevo comandante del Ejército, expresó: “ordeno y dispongo que todo el personal movilizado pueda volver a sus unidades militares”. Los vítores de los funcionarios del Ejecutivo eran la señal de triunfo que Arce y el vicepresidente David Choquehuanca esperaban.
A las 17:45, Zúñiga dejaba plaza Murillo. Ya en la noche, el general fue aprehendido y en breves declaraciones a los medios indicó que el operativo fue coordinado con el propio Arce Catacora, “para levantar su popularidad”.