Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 17 de junio de 2024
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Autonomía Indígena
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El evento ambiental se realizó en Rurrenabaque y San
Buenaventura, con la asistencia de 1.500 personas de los nueve países que
conforman la Cuenca Amazónica
“El objetivo del XI Foro Social Panamazónico (Fospa Bolivia 2024) es dar
continuidad a los debates sobre las problemáticas de la Amazonía, que está
siendo agredida fuertemente, en la vulneración de los derechos humanos de las
poblaciones que habitan los territorios, de todas las políticas públicas que
violan los derechos territoriales y también de la Madre Tierra”, explicó Walter
Limache, coordinador general, sobre el evento.
Según él, se trata de ver cómo generar un proceso
articulador de los movimientos sociales, para que puedan demandar a sus propios
estados, y de alguna manera paralizar el modelo extractivista que está
generando todo el desastre en la Amazonía en general.
“Hablamos de minería, deforestación, hidrocarburos, etc.,
que a nombre del desarrollo van rompiendo las lógicas de vida de la Amazonía”,
dijo.
Limache indicó que el Fospa apunta a repensar este tipo de cosas para proponer
mecanismos de lucha y elaborar una agenda que permita avanzar desde la demanda
de los pueblos indígenas a los estados, para el ejercicio de los derechos, y
principalmente para que los propios estados paren este tipo de políticas
públicas y tengan la capacidad de una apertura que se enfoque en construir,
junto con la sociedad civil, políticas públicas que sean más sostenibles en los
temas que se trabajaron en el Fospa.
Diagnóstico
De acuerdo a los organizadores del encuentro, se está viendo una agudización de
todas las actividades extractivas, que está derivando no sólo en la afectación
de las poblaciones, sino fundamentalmente en el despojo de sus territorios, y a
mediano o largo plazo en la expulsión de estos.
Pusieron como ejemplo la actividad minera, que está
tomando posición en todas partes, gradualmente y con violencia, “es un nuevo
elemento que no había en el país, y que hoy está permitiendo una acelerada
expulsión de las comunidades, o en otro caso las incorpora como trabajadores en
los procesos, a nombre de generar empleo y de contribuir para salir de la
pobreza”, describieron.
Visitas
A criterio de los organizadores, uno de los grandes
aportes de este foro, metodológicamente hablando, ha sido el establecimiento de
las visitas in situ, que son espacios donde se ha ido a visitar y escuchar el
testimonio de la gente, sobre las problemáticas que vive, en un marco
coherente.
“Y esto es en lo que hemos insistido de manera fuerte,
dado que es muy cómodo hablar de la problemática en grandes instalaciones con
aire acondicionado. Queríamos que se pudiera hablar de esto mismo, pero desde
los propios territorios, para que se conozcan. Este es un espacio para
encontrarse entre todos y así profundizar estos temas”, remarcaron.
Conclusiones del Fospa
Un documento de 14 páginas resumió todo lo hablado y
experimentado.
Luego de mesas de trabajo de cuatro ejes temáticos, que
iban desde extractivismos hasta territorios, Madre Tierra, Ecoturismo y
Mujeres, una gran asamblea el sábado 15 de junio consolidó todo lo hablado.
Entre muchos puntos, los pueblos indígenas exigen
eliminar barreras burocráticas y legales que limitan su consolidación como gobiernos
autónomos y que debilitan su capacidad de acción.
Exigen una normativa de gestión pública exclusiva para
las autonomías indígenas.
Demandan la protección de pueblos indígenas en
aislamiento.
Exigen a las autoridades la socialización del Acuerdo de
Escazú, ante las agresiones constantes a los defensores ambientales, así como
la paralización de amedrentamiento a estos defensores.
Denuncian que la Amazonía ha llegado a un punto de no
retorno por el colapso climático que amenaza la supervivencia y recalcan que
urge la restauración de los daños y el cambio de paradigma para un vivir bien.
“Los pueblos necesitamos consolidar pueblos libres de
extracción petrolera, minería, deforestación, agronegocio y falsas soluciones”,
entre estas los bonos de carbon y otras que mercantilizan a la naturaleza.
También convocan a conformar una Asamblea Permanente de
Pueblos Andino Amazónicos para la defensa del agua y de la biodiversidad
amazónica.
Pidieron revisar normas que fomentan la deforestación y
parar el tráfico de tierras y para eso “hay que eliminar subsidios que
favorecen actividades extractivistas”.
Sugieren crear un sello verde para los productos
agroecológicos.
“Reconocemos a la Amazonía como sujeto de derechos y
denunciamos las políticas destructivas sistemáticas de los ríos y de la vida”.
Como alternativa para los extractivismos, llaman al
consenso regional para rechazar la minería y otros, y exigieron el cumplimiento
de sentencias nacionales e internacionales, como el Convenio de Minamata,
contra el mercurio, y el Acuerdo de Escazú, con temas ambientales.
También rechazan la biotecnología y respaldan el turismo
comunitario, como alternativa a las agresiones ambientales.
Alertan sobre la presencia de economías ilegales y
criminales, como el narcotráfico.
Denuncian la vulneración de los cuerpos de mujeres y
niñas indígenas, “nuestro cuerpo es nuestro primer territorio, no toleramos más
violencia sexual, los feminicidios ni las desapariciones forzosas. Nuestros
cuerpos y territorios no se tocan, no se violan, no se matan”, finalizaron.
Según estimaciones de los organizadores del Fospa, a
Rurrenabaque y San Buenaventura llegaron unas 1.500 personas, provenientes de los
nueve países amazónicos, incluido Bolivia.