Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 22 de agosto de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Se ha desencadena una curiosa polémica en la que se discute si Paz Estenssoro o Evo Morales son comparables, peor aún, cuál es mejor. El debate hace a la trascendencia de ambos en la historia nacional, se trata en consecuencia de un debate político y no meramente biográfico. Cabe hacer notar que si la Revolución Nacional fue lo que fue se debió a que tenía al frente un hombre de la talla de Paz Estenssoro. Lo mismo para Evo Morales, si el proceso de cambio es los que es, se debe a que tiene en frente un Evo Morales. La diferencia estriba en que Paz Estenssoro es una figura fundacional y Evo Morales su prolongación natural.
Se ha dicho que no son comparables en la medida en que les tocó vivir tiempos diferentes. Este criterio adolece de una estrecha visión de la historia. El MAS es impensable sin el rol que jugó Paz Estenssoro y la Revolución Nacional del MNR. Con el MNR, por primera vez en la historia de Bolivia los indios tenían la posibilidad de participar en política en calidad de ciudadanos, eso fue lo que Paz Estenssoro les dio con el Voto Universal, instalando así la posibilidad de que el “comunario” llegue al poder.
Se trata en realidad de un hecho trascendental porque todo lo que sucedía en torno a las medidas que el MNR implementa terminan fundando la sociedad civilque demandaba el capitalismo victorioso, por eso se afirma que el MNR sacó al país del siglo XVIII y lo posicionó en el siglo XX y al hacerlo refundó la nación en el horizonte de la modernidad.
Cuando Morales Ayma llega al poder actúa sobre una sociedad civil ya estructurada, oleada y sacramentada. Su aporte consiste en que indianizó el Estado; es decir, hizo lo que le faltó hacer el Paz Estenssoro: transferirle al Estado los contenidos étnicos que hacían a la identidad nacional. Empero, nada hubiera sido posible si de antemano no tenía ciudadanos estatales.
A partir de esto, los mecanismos de representación social y política que ostentan los campesinos e indígenas en la actualidad quedaron expeditos. El MNR hizo así representables lo que la oligarquía semifeudal creía irrepresentable. Las “masas malolientes de analfabetos”, como despectivamente las llamaba Casto Rojas (1923), obtuvieron presencia oficial, legal y efectiva a través de la Revolución Nacional. Cuando Evo Morales llega al poder hacía mucho que habían dejado de ser considerados “malolientes y analfabetos”; de hecho, ya conocían las mieles del poder, habían sido milicianos, unos, y diputados, otros, y aunque todos actuaron subsumidos como clase social bajo regazo de la pequeña burguesía movimientista, ya sabían de qué se trataba. El poder político del campesinado y los sectores indígenas son obra de Paz Estenssoro, no de Evo Morales.
La diferencia entre ambos es que Morales le otorga al Estado un carácter de raza, propio de los regímenes de las derechas radicales del capitalismo maduro; el MNR de Estenssoro les otorga ciudadanía, propia de los regímenes progresistas. Mientras que para el MAS de Evo Morarles la nación sólo es posible como raza; para el MNR de Paz Estenssoro sólo es posible como clase. El primer diseño apunta a las estructuras originarias, al pasado, al mito, al ideario de una historia rebasada por la conquista española; el diseño movimiento apunta a la sociedad global, al capitalismo de avanzada, a lo que después de tanto aún no podemos alcanzar. El primero queda anclado en el pasado; el segundo se debate en el futuro, empero, ambos hacen parte del mismo movimiento de la historia.
Esta apretada reflexión sobre el rol de ambos caudillos sólo pretende fundamentar la imposibilidad de compararlos en la medida en que ambos son dos momentos de la revolución burguesa, iniciada el 52. Vivimos los designios (para unos buenos, para otros malos) de la historia del 52 y, en consecuencia, el MAS es la prolongación de un proceso en el que Morales es impensable sin Paz Estenssoro.
Como proyectos estatales, el MAS de Morales hizo lo que de haber continuado en el poder hubiera hecho -más temprano que tarde- el MNR de Estenssoro, porque etnitizar (no racializar) el Estado era una necesidad histórica, no el producto de un iluminado caudillo. Para ponerlo en breve: era lo que en ciernes llevada el corazón de la Participación Popular, que fue también el producto de la Revolución Nacional.
Renzo Abruzzese es sociólogo.