Medio: Brújula Digital
Fecha de la publicación: domingo 16 de junio de 2024
Categoría: Organizaciones Políticas
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“La justicia es corresponsable de la crisis, porque no
ofrece ninguna seguridad de que actuará con imparcialidad y tiende a
extorsionar a los litigantes. Frente a esto, los inversionistas prefieren
desviar su capital al consumo o llevarlo a otro lugar. Con la llegada del
presidente de Paraguay nos enteramos de que 1.000 empresarios bolivianos están
en el vecino país, que lo han preferido en lugar de ampliar sus proyectos
aquí”, expresó.
Quienes arriesgan su dinero, expresó, “no pueden aceptar una
justicia tan impredecible como la boliviana, en la que no manda la ley sino los
más sinvergüenzas y los que tienen contactos políticos”, señaló.
En su discurso puso como ejemplo lo que se hizo en contra
suya en dos juicios de parte del Estado. Recordó que se recurrió nada menos que
a un fallo constitucional para alterar el resultado de un arbitraje privado.
“El Tribunal Constitucional se ha convertido en una
instancia de juzgamiento, y no solo en la última etapa del juicio, sino que se
mete en los procedimientos de los juicios mientras estos se van desarrollando”,
expresó.
Si hubiera un genuino deseo de justicia, dijo el Tribunal
Constitucional se abstendría de opinar sobre los juicios en primera instancia
excepto en casos totalmente justificados. “En cambio, este Tribunal se
involucra en todo y en nada; y eso ha deformado completamente los
procedimientos”, señaló.
También comentó como otra muestra del “despotismo judicial”
que no exista prescripción para ninguna acusación, o que, como le pasó a él, se
haya desconocido una sentencia favorable por pretextos formalistas como la
forma en que se hizo la notificación.
“Si a una empresa importante le hacen eso, imaginemos qué
sufrirá el ciudadano común que no puede contratar abogados”, planteó.