¡MARCHA POR LA REPOSTULACION EN TARIJA!

JHONNY RIVERA
Lic. En Educación Técnica y Tecnológica

Para nadie es desconocido que en todo el país incluido el departamento de Tarija se realizaron marchas de apoyo a la re postulación de nuestro Presidente del Estado Plurinacional el c. Evo Morales Ayma, en nuestro medio la participación fue masiva, pese a encontrarse controversias en el partido de Gobierno principalmente en Tarija “donde todos mandan”, una Asamblea Legislativa Departamental “anodina” donde tiene mayoría el MAS con representantes coyunturales oportunistas sin preparación política. Pese a esta realidad en nuestro medio el pueblo de Tarija le dijo “Si” a la re postulación del c. Evo Morales, en esta marcha se notó la participación de todos los sectores de la ciudadanía tarijeña incluido los “intelectuales”, lo sintomático se vio varios sectores participar con convicción y no como antes su participación timorata parecería tener miedo, vergüenza, mientras tanto ahora no. Frente a una oposición que no “ata ni desata”,no tienen ninguna propuesta siguen la política del “perro del hortelano” y esto se da en todas las ciudades del país.
Para poder entender lo que está sucediendo, hay que entender el populismo en Latinoamérica y particularmente el populismo boliviano que se basa en primera instancia: Garantizar “el bienestar de la población del pueblo o de la comunidad es el rasgo más visible (aunque no exclusivo) de los gobiernos populistas. Esta política está plasmada en medidas económicas de carácter y efecto inmediato a favor de o9s más pobres (medidas de distribución y redistribución del ingreso), que no afectan el “modelo” económico dominante, aunque tampoco lo favorecen necesariamente. Pueden ser de dos clase mejoramiento de la economía personal o familiar (aumentos salariales, generales o sectoriales, bonos y dádivas no salariales, subvenciones, rebajas de precio de algunos productos o servicios, etc.).
La segunda instancia está constituida por obras públicas de visibilidad inmediata (especialmente de infraestructura: caminos, calles, parques, campos deportivos, etc. Y otros), lo cual tampoco es exclusivo del populismo, de lo cual hay también varios ejemplos.
Las medidas efectistas de otra u otra clase no contradicen necesariamente inversiones de más largo alcance y mayor envergadura, aunque en algunos casos particulares puede ocurrir eso; y pueden estar o no acompañadas de favoritismo prebéndales más o menos restringidos o amplios.
En esta materia, ciertamente, el populismo no es nada novedoso. En efecto, el bienestar y la felicidad del pueblo han sido siempre el anhelo y propósito declarado de todos los políticos, grandes y pequeños y esta finalidad está en la base misma de la configuración estatal. Lo específico está en que el populismo hace de este objetivo algo así como su postulado fundamental.
En cuanto a la crítica en sentido de “falta de previsión”, es claro que usar los excedentes de riqueza de las épocas de buenos ingresos en “dádivas” y subvenciones a favor del pueblo, no es un hecho exclusivo del populismo.
Una segunda concreción de la política populista en función de gobierno consiste en estimular la acción e iniciativa directas de la población (el llamado “empoderamiento”). Este sí es un rasgo menos universalmente admitido que el anterior y muy congruente, desde luego, con el propósito de devolver (u otorgar al pueblo) el protagonismo en la vida política, parodiando un poco a Luigi Sturzo y los populistas italianos.