Medio: La Patria
Fecha de la publicación: domingo 19 de agosto de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Se trata de una forma de cohesión ciudadana con planteamientos e ideales coincidentes y la búsqueda de objetivos a corto y mediano plazo que salen con una variante a las "agrupaciones sociales" o los "movimientos ciudadanos" que se manejan en un caso con fines partidistas y en el otro buscando un fácil acomodo en algún vericueto de la administración pública. No son partidos políticos pero se ubican en esa definición de "grupos para políticos" y según el léxico popular "ni chicha, ni limonada".
Esa aclaración y ya de manera seria deberá establecer el Tribunal Supremo Electoral, (TSE) en lo que corresponde al proyecto de los partidos políticos, para que estas organizaciones, funcionen en base a principios ideológicos, fundamentos socio-económicos, programas de gobernabilidad y mínimamente tengan un registro de adherentes que configure la vigencia de un partido político.
Ahora bien, ante la posición pasiva de los partidos como tales, frente a una colectiva que tiene que ver con los resultados del referéndum del 21 de febrero 16, cuando la respuesta ganadora fue NO, ahora se asume defensa de tal resultado y se ganan las calles y todos los sitios de acción pública, para mostrar de maneras diferentes ese concepto colectivo, que por supuesto no agrada en los niveles del sector oficialista, pero que se populariza a través de las ahora llamadas "plataformas ciudadanas".
¿Qué son estas plataformas?, para entenderlas semánticamente, son hipotéticamente "tableros fijos o volantes" que contienen programas especiales, o programas electorales, en este caso concreto se trata de movimientos volantes con un programa específico de socializar una decisión ciudadana que implica cambios en las políticas del partido gobernante.
Las plataformas ciudadanas, no tienen estructura de mando vertical, no hay jefes, pero sí tiene líderes que motivan entre su membrecía la defensa de principios democráticos y decisiones mayoritarias sobre temas que atingen al interés de un enorme conglomerado social, que va creciendo en todas las ciudades, en la medida en que grupos contrarios pretenden acallar las plataformas.
Es un modelo interesante que de manera coyuntural, reúne a ciudadanos que coinciden en sus propósitos y hacen alianzas de simple acuerdo para divulgar conceptos que consideran válidos, en la instancia democrática y en función al respeto de los derechos ciudadanos. Seguramente podrá haber variadas plataformas, en la medida que exista la necesidad de hacer válida la libertad de expresión para defender principios y divulgar conceptos que sean parte de "buenos propósitos ciudadanos". Por lo que se observa al presente, las plataformas, a diferencia de otros grupos de "choque", no actúan bajo signos de violencia, eliminando de su tablero las confrontaciones.
De momento aprestos más, trajines menos, la ciudadanía percibe un claro proceso electoral, pues no otra cosa significa la abierta campaña oficial, aunque se diga que "se trata de entregas de obras" programadas sin embargo con fines de estrechar los vínculos en las comunidades del área rural donde no se mueven las plataformas y donde se confirma la repostulación del binomio Evo - Álvaro, aunque con algunas variantes de opinión de sectores que postulan cambios en la candidatura.
Las plataformas ciudadanas por su parte mantienen su tarea concienciadora en busca del respeto a la decisión ciudadana en el referéndum del 21F. Por lo que se observa y por donde se vea la situación estamos ya viviendo un anticipado proceso preelectoral, en el que solo un frente tiene candidatos, los otros están en ciernes.