Medio: VISION 360
Fecha de la publicación: lunes 15 de abril de 2024
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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El presidente de Bolivia, Luis Arce, y el exmandatario Evo Morales (2006-2019) están enfrascados en un nuevo pulso para controlar al partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Los seguidores de ambos políticos convocaron dos congresos paralelos que buscan dominar el partido, con miras a las presidenciales de 2025.
La distancia entre ambos ha crecido en los últimos meses y la polarización en el MAS se intensifica, mientras los sectores afines a cada líder buscan proclamarlos, por separado, como candidato “único” del oficialismo.
Morales y sus seguidores celebraron en octubre de 2023 un congreso en el Trópico de Cochabamba, en el que el expresidente fue declarado líder absoluto del partido y “único” candidato presidencial, pero el evento fue anulado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debido a varias irregularidades y ordenó su repetición.
Arce y el vicepresidente David Choquehuanca no asistieron al congreso aduciendo que no contaba con la representación adecuada de todos los sectores sociales que integran al MAS.
Morales declaró en una reciente entrevista con EFE que Luis Arce, quien fue su ministro de Economía, traicionó la ideología del partido oficialista y busca “derechizarlo”.
Por su parte, el presidente dijo que Morales es su “principal opositor”, pues constantemente está cuestionando su gestión, distanciamiento que inició a finales de 2021, un año después de que Arce asumiera la Presidencia del país.
La división se notó con más fuerza durante el aniversario del MAS, cada uno lo celebró por separado y, como ya es costumbre, sus discursos estuvieron cargados de críticas y cuestionamientos contra el otro.
Según Arce, el MAS es un “sujeto histórico porque no es una persona, es un sujeto comunitario”, en clara referencia al liderazgo absoluto que ejerce el expresidente Morales sobre el partido.
Funcionarios de Arce y miembros de las organizaciones sociales oficialistas fieles al presidente, han atacado la “ambición” de Morales por dominar al MAS y su “insistencia” por proclamarse como candidato único.
Batalla en el TSE
Las aspiraciones presidenciales de Morales se encuentran en riesgo, ya que el órgano electoral presentó cuatro observaciones al nuevo congreso que convocaron sus afines para el mes de junio.
El TSE indicó que en la convocatoria “no se consensuó con las organizaciones sociales que conforman al MAS” y que solo 8 de los 14 miembros de la junta directiva del MAS firmaron la convocatoria.
En la entrevista con EFE, Evo Morales advirtió que, si no se le permitía competir como candidato presidencial, habría “una convulsión social” en el país. Días más tarde, moderó su posición y dijo que, si quieren sacarlo de la contienda electoral, lo deben hacer en unas elecciones primarias cerradas.
En medio de este rifirrafe, tras la designación del "delegado presidencial" ante el TSE, Morales acusó a Arce de colocar a Gustavo Ávila con el único propósito de inhabilitar su candidatura y “proscribir al MAS”.
Y se declaró en “estado de emergencia”, pues considera que esa designación es "un ataque a su candidatura presidencial".
Asimismo, retó de nuevo al presidente a unas elecciones primarias cerradas para elegir al candidato del MAS para el 2025, y se comprometió a apoyar a Luis Arce, si este gana en la consulta del partido.