Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 20 de agosto de 2018
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Beatriz Layme / Isinuta
“Nosotros somos dueños de la casa”. Fue el grito de medio centenar de colonos que –con vehículos, troncos y fierros– que cercaron por más de seis horas a la Comisión del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza en Isinuta, puerta de ingreso al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
La Comisión llegó a Isinuta a las 10:00 con la esperanza de ingresar al Polígono 7 del TIPNIS, zona dominada por colonos productores de coca. El 1 de agosto el Consejo Indígena del Sur (Conisur) envió una carta de invitación al Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza para que visite esa región y evidencie que no existe ninguna depredación de la Madre Tierra.
“Tienen que esperar, nuestros dirigentes recién están saliendo”, dijo uno de los colonos. La delegación obedeció y retornó a los vehículos pero después de dos horas de espera no llegaban los dirigentes. La Comisión decidió entonces retornar a Cochabamba, pero fue retenida en la zona.
No había un sólo policía que brinde seguridad. Mientras pasaban las horas, de a poco llegaban más colonos, los que se sumaron al cerco. El ambiente, a más de 30 grados de temperatura, se tornaba tenso y hostil.
“¡Que sepan para qué vienen!”, “ellos fácil hablan de violación a la Pachamama, nosotros somos los que sufrimos sin carretera”, comentan en voz alta dos mujeres que pasaban cerca de los miembros de la Comisión. Son las 13:00 y aún no llegaban los representantes de la zona. “Nuestros dirigentes tardarán, pero pueden ir a almorzar y comprarse agüita”, recomienda uno de los colonos desde el cerco.
La Comisión, por seguridad decidió permanecer unida cerca de los vehículos ante el temor de ser detenidos uno por uno. “El ministro Carlos Romero decía ‘si ellos quieren venir –se refería a la Comisión– les damos las garantías, le podemos facilitar su visita’. Lamentablemente no hemos podido entrar y ahora no nos podemos retirar, hemos buscado el diálogo de la manera más fraterna, pacífica, tratando de establecer los canales para recabar información, pero no nos dejan salir”, dijo Alberto Acosta.
“Recuerdo que en Chaparina cuando fue retenido el entonces canciller David Choquehuanca él decía secuestro, hoy nos secuestraron no nos dejar ir ni para atrás ni para adelante, llamé a las autoridades, a los dirigentes y se rieron de mí. Este es un secuestro”, afirmó Amparo Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, quien acompaña a la Comisión Internacional.
Después de una hora llega un efectivo policial y consultó quiénes conforman la delegación. “Es para dar parte a mis superiores, yo no puedo hacer nada, ustedes saben que esta zona es así, peligrosa”, responde el suboficial ante los pedidos de que interceda ante los colonos para que liberen a la Comisión.
No hay resultados, el policía desaparece entre los vehículos que bloquean la vía. La espera se alarga. A las 15:00, al lugar llega el coronel Rubén Lobatón y pide calma a la delegación cercada. “No nos dejan salir, si no quieren dialogar nos vamos, pero nos retienen”, denuncia Alberto Acosta, miembro del Tribunal.
Llegan Jacinto Noza y Gumercindo Pradel, dirigentes del Conisur. “Nosotros somos los dueños de casa, con mentiras van a denunciar esos dirigentes. No conocemos ni a Fabián Gil ni a esa señora Marqueza Teco. ¡Compañeros!, ¿o uno de usted los conoce? Jamás vinieron por aquí”, afirma Pradel.
Sus seguidores envalentonados, algunos con chicote en mano, responden “¡Nunca!” Tras un breve diálogo con Lobatón, el exsenador del MAS Julio Salazar y con la recomendación de “evitar una mala imagen internacional, pues la noticia del secuestro es internacional”, como ellos mismos admiten, los dirigentes del Conisur aceptan hablar con la Comisión.
“Otros hermanos los invitaron, nosotros en ningún momento lo hicimos, hay dirigentes que están usurpando funciones. No es que nosotros no queramos que entren, tienen que hacerlo de forma legal, consultando a los dueños de casa. Nosotros somos los verdaderos representantes del TIPNIS”, afirma Noza, secundado por Pradel.
Ante esa posición Acosta, quien encabezó el diálogo –Enrique Viale y Shannon Biggs se quedaron en la camioneta– hizo lectura de la carta de invitación que lleva la firma de Noza y otros dirigentes del Conisur a exigencia de los colonos y algunos indígenas afines al partido de Gobierno. El dirigente Noza admite que él redactó la misiva, pero –asegura– que nunca se envió porque en asamblea “la base” decidió descartarla.
“Sí, se hizo la carta pero no enviamos, de dónde habrán obtenido, quien le habrá entregado, digamos quién les dio la carta, deme su nombre”, exige Noza. Recalca a los miembros de la Comisión que todo ingreso al TIPNIS es por conducto regular, con permiso de los dirigentes, los corregidores.
“Nosotros hemos dicho no al ingreso de personas ajenas, no a la prensa y eso vamos a cumplir porque así dice la resolución. Entonces nunca vamos a permitir que gente sin permiso de las subcentrales ingrese al TIPNIS”, advierte Pradel, quien señala que todo ingreso “es con permiso y en coordinación con los dirigentes de la zona”.
Luego del fugaz diálogo, el cual duró 10 minutos, los colonos y dirigentes del Conisur determinan liberar a la Comisión que por más de seis horas permaneció cercada. Retiran los vehículos ante la vigilante mirada de los colonos y efectivos policiales que deciden custodiar a la Comisión hasta su ingreso a Villa Tunari.
Testimonios de la Comisión
Enrique Viale, Argentina
“No nos maltrataron pero fue tenso”
Estuvimos seis horas retenidos. Una experiencia cansadora, pero lamentamos mucho no haber conversado con las comunidades sobre cuál es su parecer, conocer su punto de vista acerca del TIPNIS y de la carretera.
Nosotros vinimos a dialogar, a escuchar porque somos un tribunal de paz y de los derechos de la naturaleza. Lo único que queremos es defender la naturaleza en todo sentido.
Estuve en muchas luchas ambientales en países como Argentina donde hubo momentos de tensión, pero ninguna como esta experiencia, es la primera vez. Fue un momento tenso, no nos maltrataron físicamente, pero fue tenso.
Shannon Biggs,Estados Unidos
“Nos dijeron que salgamos a pie”
Fue un día muy largo, muy caliente. Cuando llegamos a la zona pararon los vehículos. Una parte de la delegación fue a hablar con ellos (los colonos) y nos dijeron que tenemos que esperar hasta que los líderes lleguen, hicimos caso.
En ese momento esperábamos tener un diálogo con ellos, pero bloquearon nuestros carros, con camionetas que tenían fierros que impedían cualquier circulación vehicular.
No teníamos la libertad para irnos y durante la espera llegaban más carros, no podíamos salir en paz.
La Policía un momento nos dijo que nos deberíamos ir y caminando dejando los carros porque iban a llegar más gente. Esa declaración nos sorprendió.
Estuvo claro que no buscábamos un diálogo sino pasar para salir de la zona. Es una pena porque lo que nosotros queríamos era tener un diálogo, conversar. Lamentablemente nos salimos sin tener su perspectiva.
Alberto Acosta,Ecuador
“Es una forma de violencia”
Es una experiencia enriquecedora llegar hasta esta zona, se aprende mucho de estas situaciones.
Por un lado, un momento en que se tiene que tener calma para llegar a un acuerdo de manera pacífica.
Esta situación me hace reflexionar sobre la realidad que se está viviendo en el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Isiboro Sécure), es cierto que no entramos físicamente en el parque, pero ahí está una de las manifestaciones de las múltiples formas de violencia que se ve en esta región.
Sobre todo, cuando se trata de dar paso a la extracción masiva de los recursos naturales ya sean estos minerales, petroleros o agrícolas.
Incluso, la misma extracción de la hoja de coca tiene una violencia propia vinculada al narcotráfico.
Nos llamó mucho la atención la presencia del Estado, la Policía y los miembros del Ejército que tuvieron que pedir paso.
Además, tras varias horas llegó un grupo reducido de efectivos policiales para poner orden en esa región lo que nos permitió tener un poco más de calma.
Conisur dice que el Tribunal no pidió autorización
El Encuentro Extraordinario de Corregidores del Consejo Indígena del Sur del Parque Nacional Isiboro Sécure (Conisur-TIPNIS) aclaró que en ningún momento secuestraron o retuvieron a una comisión del Tribunal de los Derechos de la Naturaleza. Aseguró que la Comisión que no pidió autorización para visitar su territorio.
En un comunicado, explicaron que esa comisión omitió “la notificación y coordinación” con sus máximos dirigentes, al contrario, coordinaron su ingreso al TIPNIS de manera ilegal, con una dirigencia desconocida que no representa legalmente al TIPNIS y a las 64 comunidades que lo habitan.
“De manera contundente y orgánica en este encuentro decidimos prohibir el ingreso de cualquier miembro del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, activistas, periodistas, o personas ajenas a nuestro territorio TIPNIS. De modo que todo ingreso al TIPNIS será con previa coordinación con nuestras tres subcentrales orgánicamente electas”, dice el comunicado.
En otro párrafo, pone en conocimiento del Tribunal que a través de la Consulta Previa Libre e Informada, la abrogación de la Ley 180 y la promulgación de la Ley 969, las comunidades del TIPNIS decidieron por mayoría la ejecución de proyectos dentro de sus comunidades.
“Por tanto, no existe vulneración de nuestros derechos como pueblos indígenas, ni de nuestro territorio por parte del Gobierno nacional”, puntualiza. Según los medios, el denominado Tribunal de los Derechos de la Naturaleza está conformado por Shannon Biggs (Estados Unidos), Alberto Acosta (Ecuador) y Enrique Viale (Argentina), que son organizados y patrocinados por miembros de la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza.
Acosta es un político ecuatoriano miembro del consejo consultivo de la ONG transnacional The Global Alliance for the Rights of Nature (the “Alliance”) o Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza. Al llegar a Bolivia, Acosta dijo que ese tribunal es una instancia solicitada por el presidente Evo Morales.
No obstante, el Presidente boliviano propuso a la comunidad internacional conformar un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Madre Tierra, que dependa de un organismo internacional como la ONU para que los Estados cumplan sus compromisos, dice el comunicado.
Creación y trabajo de la Comisión
- La Paz La Comisión que envió el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza brindará hoy una conferencia de prensa, para informar sobre su visita a la comunidad de Trinidadcito y al Polígono 7. La rueda de prensa será en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia.
- Audiencia Los miembros de la Comisión esperan que el presidente Evo Morales los reciba en audiencia para escuchar su posición sobre la defensa de la Madre Tierra.
- Creación El Tribunal fue creado en 2013 por la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza, como resultado también de la I Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida que se realizó en Tiquipaya en 2010. Sus veredictos no son vinculantes con ningún Estado, pero logran visibilizar acciones que violan los derechos de la naturaleza entre los países miembro.