Medio: El Diario
Fecha de la publicación: viernes 17 de agosto de 2018
Categoría: Consulta previa
Subcategoría: Consultas en materia minera
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Unas 200 barcazas trabajan en el lecho del caudaloso río Madre de Dios. Descargas de metales pesados exponen la salud de la población advirtió el obispo del Vicariato Apostólico de Pando
AUGE DE EXPLOTACIÓN ILEGAL DEL METAL PRECIOSO EN AMAZONIA SIN CONTROL ESTATAL. GALERÍA(2) |
El obispo del Vicariato Apostólico en Pando, monseñor Eugenio Coter, denunció ayer la intensa explotación de oro en el caudaloso río Madre de Dios, creando una incontrolable contaminación en sus aguas por el uso de mercurio. Dijo que –al menos– unas 200 barcazas navegan por su lecho diariamente sin control del Estado.
“Bolivia tiene un desafío grande en el tema de la minería. Hablo de mi Vicariato, son 500 kilómetros del Río Madre de Dios, donde hay 200 plataformas, contadas una por una, que sacan del río un promedio de 40 gramos de oro cada día. Pero, claro que trabajan con mercurio. Supuestamente, dicen que hay ficha ambiental, que el Gobierno controla que no haya contaminación. Pero, nada garantiza esto”, dijo en una entrevista con el portal Red Iglesias y Minería.
Coter, que tiene oficinas del Vicariato en Riberalta, expresó su preocupación por la contaminación de los ríos amazónicos con grandes cantidades de mercurio. Cómo se sabe, es un contaminante tóxico altamente perjudicial para la salud de los seres vivos, es utilizado por la minería en su búsqueda de oro en los ríos. Esta preocupación data de algunos años.
El descontrol del Estado es tal que la oficina de la Empresa Boliviana del Oro (EBO), en Riberalta, dejó de operar en los últimos años, debido a que los cooperativistas dejaron de vender su producción al Estado en razón a que impuso una sobretasa del 8%, lo que desincentiva sus ventas.
Hace un mes, EL DIARIO verificó que efectivamente EBO tiene cerradas sus puertas y que no realiza ya compras del metal precioso para el Estado.
ESTUDIOS MÉDICOS
Según estudios médicos, los problemas de salud pública que plantea el metilmercurio en los pescados y mariscos son complejos. Particularmente afecta a la salud de las mujeres en edad fértil y a los niños. Pero, cualquier persona que consume mucho pescado, puede estar en peligro.
La Diócesis de Monseñor Coter, al igual que las poblaciones ribereñas, tiene en el Río Madre de Dios uno de los principales proveedores de pescado. Lastimosamente, este río es uno de los más contaminados del mundo por el mercurio, señaló EBO.
“A los pescadores, cuando les preguntamos ¿de dónde viene el pescado? (sabiendo del problema… y ellos saben que sabemos), dicen siempre que el pescado no viene del río Madre de Dios ni del río Beni, que tiene el mismo problema, sino afirman que viene de otros ríos o de lagunas. Y, a la pregunta entonces de ¿qué hacen con este pescado contaminado del río Madre de Dios?”, ellos dicen: “ese pescado lo mandamos a la capital”.
“Se trata entonces de un serio problema que afecta sobre todo a las comunidades que viven en las riberas de los ríos y, de todas las personas, por lo que debemos estar al cuidado de la naturaleza”, señaló el Obispo.
Monseñor Coter, quien también es coordinador de la Repam en Bolivia y miembro del consejo pre sinodal para la Amazonia, consideró de urgente necesidad un estudio para medir los niveles reales de contaminación de los ríos.
ESTUDIO PARA LA REGIÓN
Según manifestó el monseñor Eugenio Coter, “será necesario realizar un estudio sobre la contaminación del mercurio en las aguas del río Madre de Dios, porque esto sería una garantía que dará tranquilidad a muchos padres de familias pobres en Bolivia.”
Es importante conocer que el contacto con el mercurio no es dañino solo para las personas que consumen el pescado contaminado, sino también para los mineros que trabajan con dicho producto y para toda la flora y fauna que se alimenta con el agua contaminada, dijo la publicación iglesiaymineria.org.
Indudablemente, este será un gran tema para el próximo Sínodo Panamazónico, que se realizará en el Vaticano, en octubre del 2019. Según la publicación, estaba previsto un encuentro con las comunidades afectadas por la minería, en Brasilia del 7 al 10 de agosto de este año, informó el mencionado portal.