Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: lunes 05 de febrero de 2024
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
El bloqueo de carreteras generó un daño social y económico alto al país, y el pueblo boliviano fue el que sufrió las consecuencias de esta medida impulsada por el expresidente Evo Morales, a quien solo le interesan sus intereses y apetitos personales.
Sin duda fue un bloqueo contra el pueblo boliviano porque la ciudadanía se vio impedida de transitar libremente por la carretera entre Cochabamba y Santa Cruz, el transporte sufrió pérdidas millonarias, los microempresarios, los grandes empresarios y el Estado boliviano en su conjunto.
Un líder que se decía velaba por los intereses del pueblo sacó su verdadero rostro y comenzó a atacar al pueblo boliviano atentando contra su economía. La angurria de poder de Evo Morales pudo más que el interés por la patria.
Para ejemplificar el daño ocasionado, de acuerdo con el ministro Franklin Molina, el bloqueo evista ocasionó entre $us 800 y $us 1.000 millones, cuyos efectos se sentirán en los próximos meses.
La autoridad ejemplificó que el bloqueo de caminos ocasionó graves perjuicios a la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) debido a que toda la producción se acumuló en los almacenes de la factoría. Las pérdidas que tuvo la empresa ascienden a $us 1 millón/día. La firma tiene previsto exportar este año $us 340 millones.
El bloqueo de carreteras de parte del “evismo” persiguió intereses netamente políticos, buscó la desestabilización del Gobierno, su economía y la democracia.
Está claro que no se puede entender cómo el expresidente Evo Morales, que habla de impulsar la economía, se dedique a impulsar los bloqueos que no solamente paralizan el país, sino paralizan la economía y perjudican al aparato productivo. Esto muestra la doble moral del evismo.
El bloqueo de carreteras generó problemas en el abastecimiento de carburantes en el país, que se fue acrecentado por el proceso de desinformación que se desarrolló en las redes sociales, teniendo varadas más de 200 cisternas en los días del bloqueo, principalmente en la zona del trópico de Cochabamba, como Puerto Villarroel y otros.
Después de estos tropiezos, el abastecimiento de combustibles vuelve a la normalidad, por lo tanto la población debe estar tranquila porque se realizan todos los esfuerzos posibles para cumplir con las entregas requeridas de combustibles.
La estatal petrolera perdió alrededor de $us 1 millón por los gastos extra en la logística para asegurar la distribución de gasolina y diésel por rutas alternas, pero sobre todo por la imposibilidad de sacar urea desde la planta de Bulo Bulo.
De esta manera, el perjuicio se dio en diversos niveles porque se dificultó el transporte de etanol desde Santa Cruz a otras regiones, y la llegada del combustible importado a las plantas en las que se efectúa la mezcla.
Incluso en un contexto complejo, en el que los bloqueos irracionales coartaron los derechos de la población, YPFB y la ANH intensificaron esfuerzos y gestiones para asegurar que la población tenga diésel y gasolina para el normal desarrollo de sus actividades.
El bloqueo de carreteras fue una medida de alta gravedad e impacto y si se aplica sin justificativos suficientes, como en el caso actual, constituye un serio atentado a la estabilidad del Estado, la sociedad y la economía del país.