La hora de la verdad ha llegado. O tal vez no. En Bolivia las revoluciones no son producto de una explosión repentina, sino que esa explosión suele llegar tras un proceso de acumulación, eso sí, en apronte. Como sea, el “evismo” tiene pocas posibilidades de tumbar por la vía jurídica una determinación judicial que tiene una misión más allá de que esté sujetada con alfileres.

De momento se trata de un nutrido grupo, ni muy grande ni muy pequeño, difícil de dimensionar en su representatividad por aquello de que es Sucre, que intentaron llegar hasta el Tribunal Constitucional para rechazar la maniobra de la sentencia del 29 de diciembre, donde refiriéndose al caso de la libertad de expresión de los candidatos a magistrados incluye el criterio de la CIDH respecto a la reelección indefinida, especificando no solo que no es un derecho humano sino que solo se puede ejercer una sola vez y de manera inmediata. El comentario, más que sentar jurisprudencia, es un mensaje nítido para cuando el Tribunal Supremo Electoral tenga que interpretar el caso si es que llega a cursarse la candidatura de Morales. La inhabilitación es inminente.

El equipo de juristas que acompaña al expresidente, encabezado por el hasta hace cuatro días Procurador General del Estado, Wilfredo Chávez, desde siempre abogado de Morales, ha desplegado toda la artillería para refutar la determinación, pero a la vez son conscientes de que no servirá de nada, porque así funciona: estos magistrados han tomado una decisión y la han publicado de la forma menos valiente posible, pero ahí está. Para modificarla tendrían que venir nuevos magistrados y a la fecha, no parece que eso vaya a pasar antes de 2025.

Tomar la calle

La alternativa es la calle. Lo sabe Evo Morales, lo sabe Luis Arce y lo sabe el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo del Carpio, que ayer tenía preparado un operativo colosal para repeler a los movilizados siguiendo lo que aprendió en Santa Cruz tras encarcelar a Luis Fernando Camacho.

Hubo enfrentamientos, gasificaciones, un par de heridos y mucha tensión. De acuerdo con un reporte de radio Kawsachun Coca, fueron cuatro los momentos de gasificación de los policías cuando los movilizados intentaron romper el cerco policial para ingresar al edificio del TCP dejando heridos de diversa consideración.

La cuestión es que el Pacto de Unidad evista se vino arriba al final de la jornada y anunció un “bloqueo nacional de caminos desde las 00.00 del miércoles 17 de enero”, lo que supone una escalada de posiciones importante, y con riesgo.

La plana mayor de su círculo chico y los “comentaristas” oficiales en las redes guardaron sepulcral silencio hasta el cierre de esta edición. Morales no puede permitirse pasos en falso en su cruzada por recuperar la legitimidad perdida, y una movilización que no movilice lo suficiente sería un fracaso de difícil digestión.

Con lo puesto, modificar el criterio hábilmente difundido desde los círculos próximos al presidente, con el ministro Iván Lima de maestro de ceremonias, no es imposible. La sentencia del TCP en la que se incluye el criterio de la CIDH sobre la reelección la firman dos magistrados y como señaló el ilustre Eduardo Rodríguez Veltzé, la misma debe ir a pleno. La presión suficiente puede incorporar “matices” en la interpretación, sobre todo en eso de la reelección exclusivamente inmediata.

Lo que parece más difícil es tener la capacidad de presión precisamente para forzar ese pasaje y que la misma no se vaya de las manos ni por mucho ni por poco. Andrónico Rodríguez está estratégicamente situado como tercero en la cadena de sucesión incluso después de pactar “con la derecha” versionando el sainete de los ríos de sangre, a su manera.

El desafío está lanzado.

Del Castillo acusa a Evo de buscar conflicto

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, acusó este lunes al expresidente Evo Morales de buscar convulsionar al país con intereses personales ante las movilizaciones de sectores sociales de Chuquisaca y Santa Cruz con los campesinos.

“Aquí siempre tiene que primar la coherencia, el diálogo, pero lamentablemente, en nuestro país, hay una persona que no le interesa eso, estamos hablando del expresidente Evo Morales que está queriendo convulsionar el departamento de Santa Cruz nuevamente”, afirmó.