Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 08 de enero de 2024
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Acoso y violencia política
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Cuchiwarmi, kusawarmi, prostituta. Le dijeron de todo, y le hicieron de todo, incluso delante de su hijo, cuando este solo tenía diez años.
En 2010, Juana Quispe Apaza ganó un curul en el Concejo Municipal de Ancoraimes, en La Paz, con el 70% de votación, junto a la agrupación ciudadana Tupac Katari.
La arrolladora preferencia del electorado no fue suficiente para asumir sus funciones. Esa victoria fue el comienzo de su suplicio, cayó en desgracia ante el entonces alcalde del MAS, Félix Huanca Flores.
En esa época, Juana Quispe denunció lo que le hicieron, no solo Huanca, sino además sus militantes y otros concejales, para impedirle que asistiera a las sesiones del Concejo Municipal.
La arrastraron, quisieron hacerla renunciar a la fuerza, y la vinculaban con los hechos de corrupción del anterior alcalde, que pertenecía a la misma agrupación ciudadana de Juana, y que estaba encarcelado.
La concejala no se dejó amedrentar, interpuso recursos legales que salieron a su favor para que la restituyeran en su cargo y le repusieran los sueldos no pagados de varios meses.
Todo esto molestó más a sus detractores y los ánimos se exacerbaron. Juana insistió e interpuso una demanda penal por los delitos de desobediencia a resoluciones de las acciones de habeas corpus y amparo constitucional.
in embargo, debido a la presión de militantes y familiares de los denunciados, hasta con cohetazos, la audiencia conclusiva se suspendió varias veces.
Finalmente, el cuerpo de Juana Quispe fue encontrado el 12 de marzo de 2012, a dos días de haber sido restituida en sus derechos políticos. El cuerpo fue encontrado un día después en el río Orkojahuira, con señales de estrangulamiento.
Esto pasó en La Paz, hasta donde Juana viajó en compañía del alcalde Huanca y de otros concejales. Antes de eso, ella denunció varias veces que recibió amenazas de muerte.
Tuvieron que pasar 12 años para que se emita una sentencia contra cuatro personas, 30 años para el exalcalde de Ancoraimes, Félix Huanca y para el ex concejal Pastor Cutili, mientras que la ex concejala Basilia Ramos obtuvo 15 años, y Exalta Arismendi dos de reclusión por encubrimiento.
Casio Villanueva, tío de Juana y único familiar que siguió en pie buscando justicia, con ayuda de activistas, celebró el fallo, igual que la Defensoría del Pueblo.
Un caso icónico
Para la diputada de Comunidad Ciudadana, María José Salazar, es una gran noticia que al fin se hubiera sentenciado a los asesinos de Juana Quispe, pero lamentable que para obtener justicia se tuviera que peregrinar por 12 años.
“Esto refleja la penosa situación de la justicia en Bolivia, que golpea la vida de millones de ciudadanos. Esperamos que este hecho siente jurisprudencia y dé celeridad para procesos similares, ya que en el país la cifra de acoso y violencia política contra la mujer es alta; hasta octubre 2023 se reportaron 600 casos de acoso y violencia política, de los cuales 500 seguían en el Ministerio Público”, cuestionó.
Uno de estos casos es el de la concejala Isabel Zambrana, que viene denunciando hace rato al oficialismo en Porongo.
Según Salazar, la muerte de Juana pudo evitarse si el Ministerio Público y otras autoridades hubieran actuado a tiempo, ya que Juana Quispe nunca calló sobre las amenazas recibidas.
PARA SABER
ALCALDES DEL MAS
Primero fue alcalde de Ancoraimes Félix Huanca y después su hermano, Fidel Huanca. En la gestión de este último se bautizó el salón del Concejo con el nombre de Juana Quispe, pero se retiró la placa con el nombre, lo que ofendió al tío de Juana.
DESAPARECIERON
Fue tanta la presión ejercida sobre Juana, que su esposo se marchó, llevándose consigo a su hijo, y ella quedó en soledad, luchando contra lo que consideraba injusto. Esta persistencia le costó la vida y mucho sufrimiento.
En su lucha, Juana perdió a su hijo y a su esposo. Se marcharon