Medio: El País
Fecha de la publicación: domingo 31 de diciembre de 2023
Categoría: Debate sobre las democracias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
De todas las ocasiones en las que Evo Morales pudo salirse de la política, esta puede ser tal vez la más indecorosa. Pudo haber asumido la Constitución y despedirse tras sus dos (tres) mandatos; pudo haber aceptado el resultado del referéndum de 2016; pudo incluso haber ido a una segunda vuelta a matar o morir o haberse quedado en un vistoso segundo plano tras el triunfal retorno del MAS al poder en 2020.
Morales prefirió retornar ruidosamente y tratar de controlar el poder “desde atrás”, pero todos lo conocían demasiado: en apenas un año ya lanzaba críticas viperinas y en dos, había llamado corrupto al hijo del Presidente, narcotraficante al ministro de Gobierno y operador de la derecha y cajero de Goni a su ministro de Economía, a la sazón ahora presidente del Estado Plurinacional.
Al tercer año de aquel retorno triunfal Morales ya se había autoproclamado candidato del MAS en un Congreso a su medida también torpedeado por el Tribunal Electoral y el Constitucional. Fueron las primeras señales fehacientes de que el asunto iba en serio.
Al día de hoy, Morales está fuera de la carrera presidencial por un fallo del Tribunal Constitucional (que se puede consultar íntegra aquí) sobre la libertad de expresión política de los candidatos a los puestos de altos magistrados, pero que en su argumentación señala que, de acuerdo al criterio de la CIDH, el presidente y vicepresidente solo pueden ser reelectos una vez Y DE MANERA INMEDIATA, lo que constituye la novedad respecto al criterio anterior, incluso al fallo que corrige, justamente el que habilitó a Evo y a todos para la reelección indefinida al considerarlo “un derecho humano”.
Pronunciamiento El MAS indica que, en las últimas horas, el gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca ha dado un paso más en el largo recorrido de traición y mentiras
Aquel fallo lo dictó el Tribunal Constitucional anterior a este el 28 de noviembre de 2017, unos pocos días antes de dejar el cargo el 1 de enero de 2018, ya con sus sucesores elegidos en las ánforas y sin nada que perder. Esos magistrados elegidos son los que el 29 de diciembre de 2023 "corrigieron" ese fallo, solo dos días antes de que se cumpliera su mandato, independientemente de si se prorrogan o no, por si acaso. El refranero popular está repleto de expresiones para ilustrar una situación como esta, que se ajusta como un guante a “tomar de su propia medicina”.
El duelo de Evo
Para Morales es un golpe duro porque se ve burlado con una treta de la que se ha venido abusando en este país con demasiada frecuencia y porque, cuentan en su entorno, realmente creía en su capacidad de retomar el control del partido e incluso, del gobierno. En su entorno no faltan los que sienten cierto alivio: ni siquiera los amigos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) le estaban midiendo como posible candidato a la presidencia de Bolivia y los pocos estudios locales le otorgaban muy bajas posibilidades.
De momento el equipo de defensa jurídica del expresidente está preparando los recursos y el propio Evo Morales recurre a los tópicos de la conspiración incluyendo la intermediación de la CIA. Es la fase de la negación en el duelo.
La fase crucial será la de la ira, y ahí es donde el asunto puede ponerse complicado: perdida la batalla jurídica de antemano y puesto que no será viable tener un nuevo Tribunal Constitucional que interprete otra cosa antes de 2025, la otra vía es la de la movilización “hasta las últimas consecuencias” tan habitual por estos lares.
Morales tiene fuerza en el Trópico, pero las matrices hace tiempo cerraron con Arce y la coyuntura económica ni el momento temporal da para mucha reacción violenta. El Ministerio de Gobierno, además, ya ha aguantado otros estallidos.
Según como se gestione este momento, Morales y los suyos podrán entrar en la fase de negociación, donde se pueden encontrar reemplazos de peso que le amarguen la fiesta al arcismo, aún con el riesgo de repetir el ciclo. Sino, depresión y posteriormente, aceptación, pero sin duda queda mucho hasta eso. Tanto como hasta las elecciones de 2025.