Medio: El Diario
Fecha de la publicación: sábado 11 de agosto de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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Como manifestaciones de actividad política primaria, en diversos niveles de la sociedad boliviana se organizan entidades denominadas “plataformas” o “colectivos sociales”, en los que se discute la manera de superar, entre otros, la actividad espontánea, de tal forma de tener mayor participación en la vida política del país.
En general se considera que el país está viviendo una situación política muy activa por varias causas, en particular por la cuestión de la derrota del partido gobernante en el referéndum del 21 de febrero de hace dos años, el que ha originado la decisión oficial de no aceptar el resultado del voto del Soberano y repostular y re-reelegir al actual primer mandatario a como dé lugar.
Esos debates en las plataformas giran, en parte, en torno a ilusiones que, sin duda, serán barridas por futuros acontecimientos, ante los cuales todos los sectores sociales participantes saldrán con nueva fisonomía. En esas consideraciones las plataformas tratan de saber qué actitud adoptarán, qué clase de consignas tácticas se aprobará para no seguir a la cola de los acontecimientos, no ver lo que se produce a diario en las calles, etc.
Al respecto, se considera como táctica la conducta partidaria dirigida a encontrar los procedimientos para su actuación política en casos específicos, como ser una conmoción civil, la convocatoria a una asamblea constituyente, etc., en momentos en que las masas se han divorciado del régimen y adquieren conciencia para establecer un nuevo orden de cosas y, por tanto, deben tomar en cuenta qué tipo de gobierno sustituiría al defenestrado.
En medio de esos debates surge la cuestión relacionada con un nuevo gobierno provisional, debiendo considerarse, entonces, varios puntos, entre ellos aclarar la significación de ese tipo de nuevo gobierno y la actitud de las plataformas ante una nueva realidad y, también, qué forma de acción se utilizará ante una nueva autoridad gubernativa. Solo aclarando esos aspectos, la conducta de los “colectivos sociales” podrá tener la debida firmeza y claridad y, especialmente, desechar el espontaneísmo, actuar en forma consciente y cumplir una misión histórica positiva.
En ese último caso, el asunto es de capital importancia y plantea la necesidad de la vigencia de libertades absolutas, lo que, a la par, implicaría el desplazamiento del régimen autocrático por un régimen democrático. Pero no solo eso, sino que surge la necesidad de convocar a una asamblea constituyente formada por representantes populares con base en el voto universal irrestricto, asamblea que no sea nominal, sino verdaderamente constituyente, con capacidad y energía para “constituir”.
En debates en las plataformas se observa aspectos como la aparición de un gobierno provisional que sea producto de una conmoción social; si ese gobierno sería capaz de aplicar las garantías para ofrecer las libertades más amplias y convocar a una constituyente, así como considerar la significación y el carácter de una “revolución democrática”. En particular se considera qué actitud se debe adoptar en caso de producirse un gobierno provisional, amén de su participación en él.
El fenómeno de las plataformas no es extraño en el país, ni mucho menos. Esos movimientos sociales espontáneos, aunque bajo otros nombres, siempre surgieron en circunstancias de crisis políticas de consideración y en casi todos los casos tuvieron resultados notables, aunque generalmente terminaron girando en un círculo vicioso, atentando contra los intereses nacionales y populares, experiencia que debe ser tomada en cuenta.