En lo que antes se denominaba el “cielo más puro de América”, Santa Cruz, se reunieron líderes indígenas de tierras altas y bajas de Bolivia. Esta vez, se respiraba con dificultad, apenas se veía el sol y la exposición a contaminantes producto de los incendios multiplicaba los límites permisibles. Mientras hablaban sobre cómo el extractivismo, la minería, la expansión de la frontera agrícola y la falta de acceso a la consulta previa los estaba ‘matando’, muchos de sus compañeros combatían el fuego y estaban acorralados por las llamas. Ese 26 y 27 de octubre, Santa Cruz no tenía el cielo más puro de América; tampoco de Bolivia.
El departamento fue sede del Encuentro Nacional de Organizaciones de Territorios Indígenas Originarios el jueves y viernes de la semana pasada. El evento trató cuatro ejes sobre las problemáticas más importantes que enfrentan los pueblos indígenas en la actualidad.
Fruto de amplios debates, experiencias y diálogos se llegó a la firma de 26 conclusiones, entre las que destacan el pedido de la abrogación del denominado ‘paquete de leyes incendiarias’ del Gobierno, que favorecen la deforestación, quemas ilegales y avance de la frontera agrícola, en desmedro de los derechos de los territorios indígenas.
“Ante el desastre ambiental que viven los pueblos indígenas en sus territorios y la población general en las ciudades, debido al daño ambiental, por los masivos incendios provocados, exigimos se deroguen las leyes incendiarias que permiten los desmontes y autorizan las quemas”, indica la resolución número 10 del pronunciamiento, que fue leído por Wilma Mendoza, presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB), que convocó al evento rumbo al Foro Social Panamazónico Bolivia 2024.
Para comenzar el encuentro, los líderes que estaban en testera saludaron en sus lenguas originarias, como una forma de resaltar su cultura y el idioma que, en algunos casos, se está perdiendo.
La lideresa chiquitana Aylín Vacadiez lamentó que los jóvenes desconozcan su historia y luchas por defender sus territorios. Asimismo, sostuvo que las mujeres sufren aun más las consecuencias de la crisis ambiental actual. “Como mujeres estamos sufriendo mucho por los incendios. Estamos sufriendo todos por el tema del agua”, dijo.
La pluralidad primó a lo largo del evento. Líderes indígenas de tierras altas y bajas compartieron sus experiencias y se reunieron en cuatro mesas por ejes temáticos.
El primer eje fue Gestión territorial para la vida. Este estuvo enfocado en la crisis climática y las consecuencias que trae para los pobladores.
Un punto que destacó fue la afectación de la salud mental a causa de la crisis medioambiental, algo que se hace cada vez más evidente entre los indígenas, quienes deben enfrentar el hostigamiento, el cambio de sus modelos de vida y la falta de alimentos y acceso a servicios básico, lo que ocasiona estrés y ansiedad.
El segundo eje se denominó Extractivismo, hidrocarburos, minería y agua. En la mesa se expuso experiencias sobre contaminación minera a poblaciones enteras y, por ende, limitación en el acceso al agua.
El Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA) participó y moderó parte de la socialización. El ayllu San Agustín de Puñaca, de la provincia Poopó, Oruro, contó su trabajo para frenar la contaminación a causa de metales pesados.
Los líderes explicaron que ya se hizo toma de muestras a las personas para ver el grado de contaminación en el ayllu. Sin embargo, el Gobierno afirmó que no había afectación a la salud.
“El estado maneja una información falsa. Ellos son los mentirosos”, afirmó uno de los indígenas.
“Debemos unirnos y buscar mecanismos de incidencia. Que no nos desplacen de nuestras tierras a través de la contaminación”, añadió.
Asimismo, Judith Guerrero, lideresa de la comunidad Cantu Marka, compartió la experiencia de su ayllu y su demanda al Estado para que frene la contaminación de suelo y agua en su territorio.
El pueblo Esse Ejja, uno de los más afectados por el mercurio producto de la minería de oro, también contó el peligro que significa estar expuestos a estos contaminantes.
“Hay personas que estamos sufriendo de dolor, de cáncer, por la contaminación de estas mineras en nuestros cuerpos. Nosotros nos damos cuenta”, dijo un comunario de San Agustín de Puñaca.
Como puntos principales de esta mesa se acordó la articulación de afectados por la contaminación; recopilación de análisis de estudio de poblaciones indígenas afectadas por la minería; construcción de programas de salud especializados que contemplen un protocolo para levantamiento de datos de metales pesados en sangre y establecimiento de límites permisibles a nivel nacional; retomar la consulta previa para la ejecución de cualquier proyecto; e impulsar una red de periodistas para dar cobertura a estas temáticas.
“No se ha tomado en cuenta a los indígenas de verdad. Se siguen creando minas sin tomar en cuenta nuestras necesidades”, indicó otro indígena.
El tercer eje fue sobre Tierra, territorio y expansión de la frontera agrícola. Más de 300 mil hectáreas se desmontan cada año y Bolivia es el país que más deforesta por cantidad de habitantes a nivel mundial, señaló Alcides Vadillo, miembro de la Fundación Tierra, especializada en el tema de deforestación.
“Bolivia arde, se quema”, dijo.
Asimismo, explicó que la sequía se prolonga por más meses cada año, lo que afecta a los pueblos indígenas.
Beni es el departamento con más hectáreas perdidas a causa de los incendios. Se suma el norte de La Paz con focos de calor. Vadillo explica que esto se debe a que la actividad agrícola está migrando a estas zonas.
Como cuarto eje se trató Derechos colectivos al autogobierno, justicia y consulta previa. Como acciones principales se determinó rechazar cualquier forma de criminalización contra los líderes y lideresas que luchan por los derechos colectivos y de sus territorios.
De la misma forma, se planteó generar internamente un proceso de profundización con los pueblos indígenas sobre la consulta previa, libre e informada, el manejo de sus conceptos y contenidos para una mejor apropiación y exigencia de su aplicación.
“Rescatar el espíritu de la consulta previa libre e informada de acuerdo a su naturaleza y cómo está reconocida en los instrumentos internacionales, frente al trámite administrativo en el que ha sido convertido para fines específicos de empresas nacionales e internacionales en minería, hidrocarburos, hidroeléctricas en contra de los pueblos indígenas”, dice una de las conclusiones.
El encuentro se extendió hasta el final del día viernes. Luego de dos largas jornadas, debates largos, confraternización y aprendizaje, los indígenas retornaron poco a poco a sus territorios con el compromiso renovado de defender sus derechos.