Desde que empezó la decadencia del gas, parecía que la minería tomaba el relevo. La exportación minera superó a las de todos los otros sectores económicos desde el año 2016, según datos del INE. El oro superó la exportación de gas el año 2022. Eso a pesar de que el aporte de la minería al PIB no llega al 6% desde el 2015, de acuerdo con la misma fuente y que la renta minera no llega al 9% del valor bruto de ventas (Dossier Ministerio de Minería y Metalurgia, 2021) – el aporte del oro a la renta minera es sólo 2.05% de su valor – y menos del 3% de la Población Económicamente Activa (PEA) trabaja en el sector minero.

El gran desafío del sector minero es llegar a ser lo que se espera de él: sustituir al gas como aportador de ingresos al Estado, potenciar el desarrollo del país, apalancando el desarrollo de industrias a partir de la materia prima mineral y ser estable a lo largo de varios años.

El sector debe superar varias debilidades: por ejemplo, algunas imprecisiones de la ley de minería, sobre la consulta previa, sobre la obsoleta escala de regalías o la autorización a los operadores mineros para hacer actividades mineras en áreas.

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Foto: Referencial

La COMIBOL se encuentra a la deriva desde hace varios años, los ingresos que recibe son los pagos de las empresas y cooperativas que operan sus minas. Sus empresas administran sus excedentes por sí mismas y, en casos, los reparten entre los trabajadores. Su producción, según los informes del Ministerio de Minería y Metalurgia, muestra una tendencia a bajar después del año 2015 (la producción de estaño entre 2015 y 2022 bajó de 12.804 T a 10.259 T; la de zinc entre 2015 y 2022 bajó de 15.700 Ta 9.972 T). El ingenio de Lucianita, construido a demanda de los trabajadores, tiene dificultades para su entrega y puesta en marcha definitivas; la construcción del nuevo ingenio de Colquiri, innecesario según alguna ex autoridad del ministerio, lleva una demora muy grande. Colquiri que exporta concentrados de zinc (la única producción de COMIBOL que se exporta en este nivel básico) tendría que haber instalado, más bien, una planta hidrometalúrgica para procesar ese mineral.

La falta de proyección de COMIBOL es consecuencia, en gran medida, de la volatilidad de sus máximas autoridades. En los últimos 35 años, ningún presidente ejecutivo ha sido nombrado siguiendo los pasos que establece la ley; todos han sido interinos poniendo a la corporación en un estado de subordinación que no le ha permitido su desarrollo y crecimiento acordes con las necesidades del país. El proyecto del litio, uno de los más grandes que encaró el país le fue extirpado.  

En el sector privado, se observa la salida de dos grandes empresas internacionales que operaban en el país, Glencore y Sumitomo. Éstas han cedido sus lugares a empresas más pequeñas que todavía no han mostrado su verdadera envergadura. Orvana, una empresa canadiense, dejó el país por agotamiento del yacimiento que explotaba y por la presión de sus extrabajadores; por otra parte, aunque se ve presencia de empresas chinas, particularmente, asociadas a cooperativas auríferas, no se sabe si su presencia es totalmente legal. En exploración, la única presencia seria es de otra empresa canadiense, New Pacific que ha realizado un trabajo de exploración en Potosí, Oruro y La Paz.

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Foto: Referencial

¿Qué pasa con la inversión privada? ¿en qué medida es necesaria su llegada? ¿qué hacer para atraerla? Y, a la que viene, ¿cómo retenerla?

Sólo OMSA y Manquiri exportan metálico obtenido a partir de minerales de otros operadores, las otras empresas exportan sólo concentrados.

Las cooperativas mineras, por su parte, han crecido vertiginosamente y han aumentado su producción en casi todos los metales; pero, mucho más, en el oro. En este último caso, han subido de 5,5 toneladas que extraían el año 2010, a 53,1 el 2022, según información oficial. Lamentablemente, la mayor parte de este crecimiento está sustentado en actividades ilegales y eludiendo o evadiendo responsabilidades con el Estado, provocando un daño ambiental de magnitud incalculable. Los problemas de definición y de ubicación del subsector cooperativo pueden traer más dificultades que beneficios al país.

El sector minero tiene ante sí, grandes retos y desafíos. Si no se superan las debilidades descritas, el futuro minero puede ser más gris de lo que se puede prever; pero si se hacen los esfuerzos necesarios, el sector minero puede ser el pilar sobre el que se sostenga el desarrollo nacional.