
El expresidente Carlos Mesa (CM) mantuvo este domingo, en Sucre, reuniones con representantes de Comunidad Ciudadana (CC). Dijo que evaluaron la situación del país. Hacia la noche, concedió la siguiente entrevista a CORREO DEL SUR (CS):
CS. Por estos días, varios frentes políticos están adecuándose para cumplir con la Ley de Organizaciones Políticas, renovando directivas, en fin. ¿Ustedes también están en ese trámite para seguir en carrera rumbo a las próximas elecciones de 2025?
CM. El concepto, primero, es: Nuestra condición organizativa se renueva de acuerdo a las circunstancias que así lo demandan y en vinculación a las demandas de la ley a través del Tribunal Supremo Electoral, pero no están vinculadas al tema preelectoral porque, como ya lo he expresado más de una vez, me parece un absurdo bailar el baile que te impone el MAS, que trata de resolver sus problemas y hacerlos extensivos al conjunto de las organizaciones. Hay algunos sectores de la oposición… están en su derecho de establecer un proceso organizativo o incluso presentar precandidaturas o candidaturas. A mí me parece extemporáneo. Hay que recordar que la transmisión de mando del país se va a producir el 8 de noviembre del año 2025, dentro de dos años y un mes.
CS. Hoy se ha conocido que el alcalde de Santa Cruz de la Sierra, Jhonny Fernández, está preparando a la UCS con miras a 2025. A esto se suma la candidatura de Evo Morales y los movimientos de otras fuerzas políticas. ¿Cómo pintaría usted el actual panorama político, quizás electoralizado prematuramente, como lo solía hacer en su época de periodista?
CM. Lo que queda claro, independientemente de cómo se resuelva el pleito interno en el MAS, es que el ciclo histórico del MAS se ha terminado; podrá durar un año, dos, tres o cuatro, y el MAS será un protagonista en el futuro, probablemente, como lo fue el MNR durante 60 años, pero no me cabe la menor duda de que estos estertores que tiene el MAS, que parecen vinculados exclusivamente, y parte de ello es verdad, a una pelea por el poder, por el poder mismo entre Arce y Morales, lo que reflejan es el final, el agotamiento del envilecimiento, la corrupción, la degradación, prebendalismo, cooptación y desencanto de sectores sociales que se dan cuenta de que el MAS no tiene nada nuevo que ofrecer. Y, en consecuencia, la pregunta de fondo es: ¿Ese fin de ciclo cómo va a ser resuelto a partir del proceso electoral de 2025? Pero esto no es para hablar de elecciones ahora, es para establecer la propuesta alternativa: nosotros la planteamos el año 2019 y creo que parte de esa propuesta tiene sentido, pero esa propuesta tiene que plantear no solamente el fin de una etapa, sino el cierre de una brecha histórica, de una brecha brutal de discurso único, de discurso de odio, de confrontación que plantea ‘mundo indígena vs. mundo no indígena’, ‘regiones oriente-occidente’. Como primera premisa: la reconciliación y la paz.
CS. Siguiendo su parangón del “baile”, al baile han ingresado varios que se perfilan para las próximas elecciones. Hay cierta expectativa por saber qué va a hacer CC, como primera fuerza opositora nacional, de cara a las primarias, que serían en enero o febrero de 2025.
CM. Mi primera respuesta sobre esa afirmación, que es correcta desde el punto de vista jurídico: Es un absoluto disparate, es un sinsentido, es un despropósito una elección primaria prácticamente un año antes de la primera vuelta electoral. El caso argentino, que es el que se ha repetido en casi todos los países donde hay primarias, es que este proceso de hace pocos meses antes del periodo electoral de primera vuelta: En Argentina, las primarias fueron en agosto y las elecciones son en octubre; es decir, dos meses antes. Yo creo que una de las premisas que plantearemos como CC es una modificación del proceso electoral primario, no para eliminar las primarias sino para colocarlas adecuadamente y no adelantar el proceso. Por una experiencia, además, que yo viví como candidato: Yo tuve que plantear mi candidatura oficialmente en octubre de 2018, empecé campaña en ese mes y llegamos a la elección en octubre de 2019; un año de campaña… el costo, el desgaste que eso representa, el agotamiento desde el propio electorado que representa te exige que establezcas un nuevo calendario.
El segundo elemento tiene que ver con la adecuación: por supuesto que CC es una realidad política, es la primera fuerza de oposición y cree tener una alternativa de opción electoral para el 2025; pero sería una insensatez de mi parte, primero, hablar de candidaturas, no ya de la mía, sino de CC. CC tiene un compromiso con el país que deberá probarlo a través de la presentación de una propuesta política que tengan que ver con el sentido y la coherencia de lo que acabo de decir, una alternativa al MAS.
CS. En los últimos meses ha aparecido una segunda corriente, quizá “renovadora”, para utilizar los términos que se manejan dentro del MAS, disidente dentro de CC respecto a su liderazgo o dirigencia. En las primarias tendrían que dirimir con esa corriente interna...
CM. Dos cosas sobre eso. La primera, la palabra “corriente” quizá sea generosa; alguna opinión, legítima por otra parte. Pero la pregunta de fondo tiene sentido, el concepto de “pre-paración” de un proceso electoral interno en una organización que se respete y que se considere democrática tiene la legítima necesidad, la obligación casi, de establecer una definición de candidatura. Lo que no quiero ahora es hablar de candidaturas porque, digo, “no quiero bailar ese baile”, pero la pregunta es correcta, hay que hacer una presunción clara de que CC deberá definir democráticamente su decisión en torno a la candidatura.
CS. A usted en algún momento se le ha demandado conformar un frente único o alentar una candidatura única de oposición. Es lo que hasta hoy pide mucha gente. ¿Está de acuerdo con esto?
CM. Mi experiencia personal me plantea una respuesta práctica. En la historia de la oposición frente al MAS, desde el 2005 hasta el 2020 en procesos electorales presidenciales, mi candidatura de 2019, con fraude, obtuve 35% de los votos; sin fraude, probablemente el 40% de los votos, que forzaba a una segunda vuelta y que podría habernos hecho ganar la elección. ¿Por qué pongo este ejemplo? Porque cuando yo demandé unidad, no la hubo alrededor mío; fue mi candidatura la que generó la construcción de un espacio de unidad porque creyeron que yo era una opción alternativa o un voto útil que pudiera derrotar, como de hecho ocurrió con el expresidente Morales.
En ese contexto, las respuestas son múltiples. No es tan simple como decir: “Si se unen todos, tienes la posibilidad de éxito”. Es: “Si tu discurso, si tu propuesta, si tu votación capta la unidad”. La unidad se puede conseguir por la unidad de los opositores que se unen para conseguir un solo candidato o por el votante que define la unidad.
El ejemplo mío del 2019 no pretende ser una respuesta única, pero también quiere decir: “no es la respuesta única la unidad de todos”. Si hay la necesidad y la articulación y, este no es el momento todavía y por eso creo que no es oportuno hablarlo ahora, porque creo que no ha cuajado quiénes son los posibles candidatos; cuando eso ocurra, tendremos que analizar y evaluar si es el modelo de 2019 o es el modelo de la búsqueda ideal de la unidad total.
CS. Si es que, por ejemplo, se planteara la opción de que los candidatos se pudiesen someter a una encuesta para que el más favorecido quede como postulante único y todos los demás se bajan. ¿Usted estaría de acuerdo?
CM. Si me pides el mundo ideal, el mundo ideal sería una primaria, no una encuesta, para todos los candidatos, que hacen una coalición y esa coalición presenta cinco candidatos, o tres, o dos, y es la oposición que en primaria abierta… Pero, eso, por supuesto, es el mundo ideal. Me gustaría más porque la encuesta siempre da lugar al debate y, además, con lo que ha pasado en los últimos años en América Latina con las encuestas, la credibilidad tiene sus dudas sobre el tema.