Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 06 de agosto de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Es la expresión reflexiva de diversos analistas políticos y críticos a este gobierno que ya transita 14 años consecutivos en el poder y al resto del sistema político vigente, en un contexto de 36 años de convivencia democrática ininterrumpida a partir del 10 de octubre de 1982.
"El desconocer la esencia de la misma, que son las elecciones, la voluntad popular, eso conlleva indudablemente a una gran preocupación y como nunca pone en riesgo la democracia. Lo que tanto nos costó reconquistarla, construirla y preservarla, hoy está en peligro", precisa Carlos Cordero, politólogo.
En tanto para el analista y vocero político de Soberanía y Libertad, Sol.Bo, José Luis Bedregal, está la constatación de que se ha roto la institucionalidad democrática en el país al ser generado por el mismo gobierno y su partido. "Eso es muy peligroso y delicado porque nos puede llevar a que en el país termine imponiéndose la violencia, todo por la terquedad de forzar la reelección, desconociendo la Constitución", refiere.
Más vicisitudes políticas. A dicha situación se asocia el otro frente: la oposición, que en 12 años de gobierno de Morales, no han logrado construir un proyecto alternativo al MAS y menos articular una opción política.
"La desgracia de la oposición en todos estos años ha sido la carencia de un proyecto político y de liderazgo también. Han hecho hasta ahora una labor totalmente reactiva y sin proponer nada al país y no hay señales de que eso cambie", define, Rafael Puente, político de izquierda y hoy analista.
A su vez, Vladimir Medina, sociólogo y analista político, asegura que asociada al estancamiento del proceso de cambio del MAS en los últimos nueve años de gobierno, después de aprobada la Constitución, el mismo que derivó en acciones antidemocráticas, se suma la polarización de la oposición sin posibilidades de sumar y acumular espacios políticos.
"La oposición debe necesariamente articular un programa, con una visión de Estado y modelo alternativo de país. Pero no hay certezas de que ello ocurra, ni el modelo económico, social y menos en la forma de representación. Solo juegan en los propios lineamientos que el gobierno lanza diariamente", describió.
Incertidumbre en evidencia. Sumados ambos contextos: un gobierno forzando quedarse por otro periodo 2020-2025 y una oposición sin alternativas, repercute en una ciudadanía "hastiada de lo mismo", con líderes tradicionales y sin ninguna posibilidad de surgimiento de nuevas ideas y liderazgos.
"Este 6 de agosto es una fecha especial porque enmarca un punto de inflexión en la historia democrática del país", señala el politólogo Marcelo Silva. Enfatiza que no es solo por el contexto de enfrentamiento y polarización que se vive, sino fundamentalmente porque ya la democracia como sistema político empieza configurarse hacia las venideras elecciones del 2019.
"Ese punto de inflexión pasa necesariamente por una acción reflexiva tanto del gobierno como de la oposición frente a un país y una ciudadanía cada vez en la incertidumbre que va a pasar mañana", enfatizó.
En una posición más concreta, Róger Hurtado, expolítico y analista del tema, señala que la única alternativa a un gobierno que se aferra al poder, violando la Constitución y una partidocracia desacreditada, es el "gran ascenso ciudadano", cada vez más nacional, popular y patriótica.
Ese conglomerado social creciente muestra su cerrada defensa del respeto a la Constitución sin condiciones, que se respete la soberanía popular, junto a un pedido muy enérgico de que las viejas candidaturas tradicionales contribuyan retirándose del escenario nacional.
"Si las candidaturas tradicionales se retiran, en medio de este clima de ascenso social y movilización democrática por la Constitución y la soberanía popular, se cambia de página. Se rompe el libreto masista y se abre una nueva historia, no para tener un candidato sino para construir un programa alternativo a la agenda 2025 del MAS", señaló Cortez.
Waldo Albarracín, rector de la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés) y representante del Conade (Comité de Defensa de la Democracia), tanto el MAS como la oposición constituyen para la ciudadanía como dos demonios para la democracia. "Tanto el pasado como el presente resultan tóxicos para Bolivia. Al igual que el MAS, hasta ahora los partidos de la oposición cuantitativamente no han hecho nada, a menos de ser funcionales al gobierno", señala.
Necesidad de precisión política. Silva precisa que por la "indudable vocación" de mantenerse en el poder que tiene el MAS, está en la obligación de responder al país y al interior de su partido, cuáles son esos límites de esa vocación, antes que entrar a la vorágine electoral.
"Vía qué medios quiere hacerlo, ¿los límites son: las urnas, es la voluntad popular expresada en las elecciones, similares a Venezuela y Nicaragua o definitivamente, es perder un referéndum, son la violencia y los muertos?", cuestionó.
Silva, argumenta que eso permitirá avizorar lo que pasará de aquí en adelante del cual depende el futuro de la democracia.
La estabilidad económica de los últimos 12 años y los avances en términos de inclusión y transformación social, resultan siendo insuficientes cuando el gobierno busca desconocer la voluntad ciudadana expresada en el 21 de febrero 2016, que le dijo "no" a una nueva reelección para el 2019 de Morales y el Vicepresidente, Álvaro García Linera, expresan al unísono los consultados por El Día.
Entre dudas y certezas. "Mientras no construyan un programa y proyecto político, será imposible pensar en la articulación de las plataformas", señala el sociólogo Medina.
Adolfo Apodaca, miembro de la plataforma "Primero Bolivia", afirma que el país no está dividido, a menos de una minoría que apoya la reelección de Evo Morales y la gran población que busca cambiar las viejas estructuras políticas del país. En ese ámbito, admite que en las plataformas hay una polarización, unos que solo buscan revivir a los viejos partidos, pero en el fondo responden al gran clamor popular.
"Aparentemente vamos a allanar el camino a los partidos tradicionales, pero a partir de allí las plataformas tenemos que tener la fortaleza y la independencia política para poder cambiar los retos que hoy nos plantea el país", señaló.
Eso pasa, argumenta Apodaca, que en algún momento, debe recaer en la construcción de una alternativa política. En la misma línea, Renzo Abruzzese, sociólogo, señala que el gran momento está en manos de los movimientos ciudadanos denominados plataformas. "A manera que nos vayamos acercando a la fecha de las elecciones, yo creo que la misma dinámica, hará que las plataformas se vean forzados a buscar una alternativa política, en busca del poder. Es que se hace política para conquistar el poder y eso deben tener claro. No se hace política para hacer civismo ni para lograr conquistas intermedias", señaló.
Por su parte, Bedregal refiere que mientras el gobierno sostenga su postura de mantener a Evo Morales como candidato, las plataformas políticas seguirán con su defensa del 21F, en algunos casos solo para reproducir su oposición y en otros en busca de generar una propuesta país. "Para evitar legitimar la reelección, la necesidad de generar esa opción política con un proyecto y no así donde cuya única finalidad se reduzca en cómo sacar a Evo Morales del gobierno. Si fuera así, eso es hacerle un favor al MAS", señaló.
Apuntes
• Bolivia cumple 193 años desde su fundación en 1825 como república independiente y soberana. De esa historia casi centenaria, los últimos 9 años son considerados de refundación y construcción del nuevo Estado Plurinacional, luego que entre el 2007 y 2009 se discutiera y en medio de confrontaciones políticas se lograra elaborar y aprobar la nueva Constitución Política del Estado, actualmente vigente.
• El ascenso al poder, vía las reglas democráticas de las elecciones generales, con el rotundo triunfo electoral del 18 de diciembre de 2005, Evo Morales se hace de la presidencia del Estado, el 22 de enero de 2006, como el primer líder indígena de la historia que llega a la máxima función del poder del país.
• El ascenso de Morales, fue paradigmático para la larga tradición política del país, marcada por una democracia formal y reducida el poder en pocas manos hasta entonces. Sin duda, según el politólogo, Carlos Cordero, que Evo llegue a ser presidente implicó toda un efervescencia social, tanto que ganó los comicios del 18 de diciembre con el 54% de votación, único en los 23 años de democracia luego de su recuperación en 1982.
• El primer periodo de gobierno de Evo Morales, entre el 2006 y 2009, según los analistas son considerados los más relevantes en términos que políticamente el MAS y el gobierno se impuso con la realización de la Asamblea Constituyente, la construcción de la nueva Constitución Política del Estado y la nacionalización de los hidrocarburos.
• Con la aprobación vía referéndum de la nueva Constitución Política del Estado el 25 de enero de 2009 que fue aprobada con el 61,43% de los votos, según el político y analista Rafael Puente, el Proceso de Cambio sufre el primer punto de inflexión. "Una vez aprobada la Constitución, el gobierno de Evo Morales y el MAS, dejan de lado la profundización del proceso de cambio y surge la ambición tóxica del poder. Entonces, el poder los enceguece y los emborracha. El caso del Tipnis, es una muestra de ello", precisa Puente.
• El domingo 6 de diciembre de 2009 se celebraron las elecciones presidenciales y parlamentarias bajo la nueva Constitución, el presidente Evo Morales se hace del poder con un apoyo incuestionable en las urnas del 64% de los votos. Según el sociólogo Medina, a partir de ese periodo, el gobierno prácticamente abandona las bases de su programa político cambiando por posturas internas, muy fraccionadas del partido que en el fondo lo único que buscan de cómo acapara más poder y dominio en el manejo de la cosa pública y el Estado.
• Con el triunfo el 2014 de su tercera reelección, cuya votación alcanza el 61% de los votos, las bases y organizaciones del partido, ni bien asume su mandato el 22 de enero de 2015 proponen llevar a consulta una cuarta repostulación el 2019. El 21 de febrero de 2016, se registra la primera derrota electoral donde la población contraria a que se rompa los principios constitucionales, le dice "no" a la nueva reelección. No contento con ello, el 29 de noviembre de 2017, un fallo del Tribunal Constitucional le da el aval para que Evo Morales y el Vicepresidente Álvaro García Linera pueda ser parte nuevamente de las elecciones de octubre de 2019, para el periodo 2020-2025.
Punto de vista
"El gran desencanto del MAS es muy peligroso para el país"
Vladimir Medina
Sociólogo
La actitud de muchas tendencias del gobierno, que confundió el proceso de cambio con la actitud mezquina de perpetuarse en el poder, está llevando a una incertidumbre mayor al país y un gran desencanto generalizado del país.
Sin embargo, el MAS sigue siendo el único partido político, independientemente de los 12 años en el poder, en el partido más fuerte del país.
En cambio la oposición, pasa por una situación más compleja. El mayor problema es que no tienen una propuesta alternativa, no lo han podido edificar en los 12 años, entonces menos se avizora que lo construyan cuando falta apenas un año de lo que será las elecciones generales.
En ese contexto, las plataformas ciudadanas están en una posición embrionaria que el tiempo no dará para constituir una opción para el 2019. Solo podría alcanzar en la medida que hayan coincidencias programáticas. No tienen suficiente tiempo y menos tolerancia para generar una propuesta entre ellas mismas. Lo peor es el horizonte para la oposición, que no hay manera que ayuden a una rearticulación.
En ese contexto, tenemos una lectura real de una Bolivia dividida en dos posiciones, quiérase o no como resultados del 21 de febrero del 2016, donde el 51% le dijo no a Evo y otros 49% le dijo sí, hay una polarización del país.
Es más, el tiempo político de un modelo alternativo que puedan construir las plataformas es a largo plazo. De pronto sus miembros terminarán siendo parte o vinculándose en los partidos tradicionales, que representan esos liderazgos antiguos, sin posibilidad de cambios".