El resultado para Morales es desmoralizador: si bien ha subido del 22% que tenía en enero, su base electoral está muy esmirriada en comparación con la que tenía hasta 2015. El jefe del MAS estaba acostumbrado a tener cerca del 45% de intención de votos en todas las encuestas desde 2005 que, sumados a una parte de los indecisos, le dieron un respaldo electoral de hasta 61% del total de votos. Un verdadero fenómeno político.

Ahora, cuando la encuesta señala que existe un 20% de indecisos, y suponiendo que un tercio de ellos votaría por Morales, éste obtendría un 34% de los votos. Para ganar en primera vuelta se necesita 40% de apoyo y 10 puntos de diferencia con el segundo. Ese escenario parece, hoy por hoy, difícil.

En ese caso, Morales tendría que ir a una segunda vuelta, en la que, siguiendo a la encuesta de Página Siete, sería fácilmente derrotado por el eventual candidato Mesa. Así que el escenario político es opuesto al que Morales gozó en la primera década de su mandato y sus posibilidades (democráticas) de seguir en el poder son escasas.

El otro asunto que se destaca de la encuesta, y que refuerza el anterior, es que el 70% de la población sigue considerando que Morales no debería ser candidato, que no puede serlo debido a que el referendo del 21 de febrero de 2016 descartó esa posibilidad.Por eso es que el grito de “Bolivia dijo No” se replica en todas partes. Ello se explica en el hecho de que la mayoría de la población de las ciudades principales (la encuesta se aplica en todas las capitales de departamento y 32 ciudades intermedias) está en contra de una nueva reelección.

Como suele suceder, la encuesta que realiza Mercados & Muestras para Página Siete captó gran interés y también reacciones. No falta el que acusa al diario de hacer “apología del delito” por incluir a ambas figuras: a Evo porque no debe ser candidato y a Carlos Mesa porque no quiere serlo.

Página Siete no pretende con sus encuestas hacer ningún tipo de pronósticos sino analizar escenarios que surgen de las tendencias; y es indudable que tanto Evo como Mesa son las figuras que captan mayor interés en el momento actual.

Aunque estuvo fuera de estos sondeos por algunos meses, es innegable que a partir del caso Quiborax, la figura del expresidente adquirió nuevamente relevancia, motivo por el que fue incluido en la encuesta. Y, aunque aún Morales no es un legítimo candidato, los hechos nos muestran que él y su partido no ahorrarán ningún medio para imponer su presencia en las papeletas electorales.

La lectura que hacen adeptos al oficialismo es asimismo interesante, pues tienden a desvirtuar estos sondeos sosteniendo que no corresponden a la realidad y a estigmatizar a los políticos de oposición.

En cualquier caso, como la instantánea que son estos sondeos, se advierte una fuerte polarización y la aparente necesidad del electorado de encontrar nuevas alternativas a la figura del Presidente del país.

Estos resultados deberían hacer reflexionar al Gobierno. No se puede gobernar contra la Constitución, que prohíbe nuevos mandatos, y contra la voluntad de la mayoría de la población. Morales sigue teniendo una base social sólida, pero aparentemente ya no es mayoritaria. Aunque ésta tenga una gran capacidad de presión, que la tiene, no quita el hecho de que ha dejado de ser lo que era en el pasado reciente.

El sentido común, si existiera en la mente de las autoridades, debería ordenarles que consideren acudir a las elecciones de 2019 con otra dupla y estar dispuestas a realizar una ordenada transmisión del mando si el resultado electoral lo indicara.