Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 13 de septiembre de 2023
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Primera premisa: Al pueblo boliviano no le interesa la pelea de los masistas. Esa es una pugna que genera desconfianza entre todos los actores de la sociedad y agentes económicos, sea a escala nacional o internacional. Con esas disputas internas, el MAS ha dejado de ser una opción nacional para el pueblo boliviano y eso debe quedar claro porque el partido no busca soluciones a los problemas del país; los provoca.
Segunda: Por una parte, quieren acuñar el discurso de la sustitución de importaciones y eso también está alejado de la gente, porque el MAS dejó de brindar esperanza y por eso también dejó de ser una opción. El pueblo boliviano no vive ni de la izquierda ni la derecha, vive de su esfuerzo de cada día. Del pan que consiguen con ese esfuerzo cada día ese 80% de la población que es informal.
Tercera: Si bien el ciclo del MAS se agotó, la oposición tradicional tampoco genera confianza en el pueblo boliviano. Se debe reconstruir la economía de Bolivia con nuevos liderazgos para todos. Más allá de un proyecto personal, debe existir una propuesta de país. El caudillismo ya pasó de moda.
No son los líderes por si solos los que generan soluciones. Esto se logra con la unidad de voluntades. Es la coincidencia de criterios la que te permite estructurar un proyecto de alcance nacional con una nueva visión, sin bloqueos.
Cuarta: ¿Quiénes van a buscar la unidad? Los líderes políticos tradicionales han gobernado o han cogobernado este país y, por lo tanto, la gente no les cree.
Además, en este momento de peleas internas del MAS, de pugnas por el poder, la oposición no tiene ningún peso político, perdió la voz. Hace 15 días ellos apoyaron unas elecciones judiciales que, por la fecha, viola la Constitución. Con esa ley corta no se puede elegir magistrados por seis años. Hay cosas raras y la oposición, con voces dispersas, antes levantaba la voz; hoy no lo hace.