Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 30 de agosto de 2023
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
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En su programa radial del domingo, Evo Morales tuvo un minuto de reflexión. Fue cuando sostuvo que no es el mejor momento de bloquear carreteras por la “frágil economía” del país. Es lo que sucede en plena gestión del presidente Luis Arce Catacora, el ‘superministro’ del área en tiempos de vacas gordas y derroche de recursos. Fue cuando, en medio de la farra, a nadie se le ocurrió invertirlos de mejor manera en beneficio del pueblo. De los que menos tienen.
Con esa reflexión, el caudillo cocalero salió al paso del anuncio de los campesinos de la CSUTCB que le es afín, de paralizar Bolivia desde las cero horas del 4 de septiembre. Una de sus demandas tiene que ver con la implementación de una nueva agenda política y social. Otra, con la convocatoria inmediata a un congreso para el cambio de la dirigencia nacional de la COB. También que se reabra el mercado paralelo de la coca. Y una exigencia más: que Arce Catacora “pida perdón de rodillas” a los campesinos gasificados la madrugada del domingo 20 de agosto en un coliseo de la ciudad de El Alto donde celebraban un congreso. Morales responsabilizó al jefe de Estado por la supuesta represión policial en el ambiente donde la ‘hermandad’ masista había vuelto a poner en práctica la democracia del silletazo.
Si se trata de prolongados cortes de ruta y perversos cercos a las ciudades hasta hacerlas gemir, Morales es experto. Entonces, solo él debe saber y precisar cuál es el mejor momento (¿lo hay?) para bloquear un país atormentado y hastiado de tanto abuso impune de ‘jefazos’ endiosados.