El Bicentenario de Bolivia no está muy lejos y, aunque tímidamente, se anuncian eventos para conmemorarlo. Será bueno que sea por todo lo alto: la fecha del 6 de Agosto de 2025 lo amerita. Que lo que se haga hasta entonces sirva para el futuro, para crecer como país y para mejorar la vida de los bolivianos.
Precisamente de cara a ese futuro, este miércoles se anunció que el Instituto Nacional de Estadística (INE) culminó al 100% la Actualización Cartográfica Estadística (ACE) en el país. Faltan siete meses para el Censo Nacional de Población y Vivienda y, este será un paso clave para la redefinición de las políticas públicas.
Para la celebración del Centenario de Bolivia se advertía que, en aquella primera cuarta parte del siglo XX, era muy fuerte el sentimiento de civismo que, hoy en día, ha perdido notorio terreno frente a los antivalores alentados, entre otros espacios, a través de las redes sociales. El valor de una efeméride como el Centenario de 1925 es, ahora, 98 años después, pequeño frente al que se le da al cada vez más próximo Bicentenario.
Hablando del surgimiento de la nación como territorio independiente, con una revisión al “Acta de Independencia del Alto Perú”, firmada por 48 diputados de los cinco departamentos con los que nació el país, se puede observar que esa cifra corresponde a los representantes que pudieron ser elegidos y que llegaron hasta Chuquisaca, puesto que en realidad habían sido convocados 54 en total.
Charcas —hoy Chuquisaca— y Potosí fueron los departamentos más disciplinados en ese sentido porque eligieron a los siete y 14 que les correspondía, respectivamente. Un dato curioso es que, de los siete representantes de Charcas, uno correspondía a Oruro, otro a Carangas y un tercero a Paria, que actualmente corresponderían al departamento de Oruro, fundado después de los cinco primeros.
Pero lo que destaca de esta representación asambleísta es la cantidad de diputados por región: por convocatoria, La Paz, Cochabamba y Potosí tenían 14 escaños mientras que Santa Cruz apenas contaba con cinco y solo usó dos.
Entre Potosí y Charcas sumaban 21 diputados frente a los 28 posibles de La Paz y Cochabamba, que se redujeron a 25. El sur no era mayoría, pero mandaba porque las intervenciones de sus representantes, particularmente los de Charcas, fueron las más frecuentes e influyentes en la Asamblea de Representantes, sobre todo a la hora de decidir cuál sería el destino del territorio llamado Alto Perú.
Debido a esta influencia, son muchos los autores que hablan de un eje Sucre-Potosí, que más tarde, después de la Guerra Civil, fue sustituido por el eje La Paz-Oruro. Así fue que el peso político y económico se inclinó hacia ese lado.
En los últimos años se produjo un cambio similar. El peso político y económico, que descansaba en La Paz, comenzó a inclinarse hacia Santa Cruz, pero no por efecto de una guerra sino por un fenómeno social: las migraciones. Ante esta situación, la cantidad de representantes de Santa Cruz se ha multiplicado y todo apunta a que se incrementará todavía más cuando se apliquen los resultados del próximo Censo. Y, para subir diputados a Santa Cruz, habrá que restar a otros. Los posibles afectados son Chuquisaca y Potosí.
Siempre es necesario reflexionar sobre lo que pasó en los años fundacionales y aplicarlo a lo que vivimos en estos días —finalmente, para eso sirve la historia—. Habrá que estar atentos a que el Censo 2024 no sea un pretexto para imponer una nueva realidad con la mirada fría de los números o con los ojos del interés político, en desmedro de la justicia y de las necesidades de todo el país, no solamente de los departamentos más poderosos.