El Gobierno, a través del Viceministerio de Comunicación, le respondió al líder del Movimiento Al Socialismo, Evo Morales, y rechazó las acusaciones del exmandatario que vinculaban al presidente del Estado, Luis Arce, con los hechos de violencia suscitados en el congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb).
“El día domingo 20 de agosto, como lamentablemente acostumbra desde hace un tiempo, sin prueba alguna, el expresidente Evo Morales acusó al Gobierno Nacional de un supuesto plan represivo en contra de los delegados del congreso”, indicó el Gobierno en un escrito.
Por su parte, el líder azul indicó que por supuestas órdenes del Gobierno, operadores políticos y la Policía habían atentado contra los asistentes al congreso en el politécnico de El Alto.
Desde el viernes, día en el que inició el congreso campesino, se vivieron enfrentamientos que derivaron en una intervención policial con gasificación incluida. A pesar de los ánimos caldeados, se eligió una directiva de la Confederación la cual recayó en Lucio Quispe, del ala arcista, esto, no fue bien visto por el evismo.
Rápidamente, los dirigentes del ala "evista" que se encontraban en el acto negaron el reconocimiento de la nueva dirigencia y eligieron una paralela a la cabeza de Ponciano Santos, quien además amenazó al Gobierno con movilizaciones si en 72 horas no entregaban la sede campesina ubicada en Miraflores, La Paz.
Tras ser posesionado en las afueras del coliseo una columna de seguidores del nuevo ejecutivo bajó desde El Alto hasta la sede sindical en Miraflores donde no pudieron ingresar porque la Policía Boliviana no les permitió.
Pese al reclamo de Santos, el Gobierno, en el mismo texto citado, cerró filas a favor de su dirigente.
“El Gobierno Nacional respeta a las organizaciones sociales, dueñas del Instrumento Político, como la Csutcb, que a pesar de los afanes divisionistas de un grupo; ha retomado sus labores y ha elegido, de manera orgánica, como nuevo secretario ejecutivo al dirigente aymara Lucio Quispe”, según se indica en el comunicado gubernamental respecto al caso.
A una semana del anuncio de un proceso contra Morales por parte del ministro de Justicia, Iván Lima, la grieta dentro del oficialismo se agrava cada vez más y el lío llega hasta las medianas esferas políticas.
La diputada Gladys Quispe, afín al evismo, dijo que "si el Gobierno quiere perseguir a los seguidores de Evo tendrá que construir varias cárceles".
La parlamentaria relacionó los arrestos de Arnold Alanez y del diputado Hilarion Mamani, el primero detenido por inasistencia familiar y el segundo por "conducción peligrosa, con una "cacería" contra algunos personajes relacionados con Evo.