El 88 por ciento de los bolivianos considera bueno o muy bueno tener un sistema democrático de gobierno para el país, aplastante mayoría con relación al 11 por ciento que ve este sistema como malo o muy malo.

Por si quedaran dudas, en una calificación del uno al 10, el 80 por ciento asigna puntuaciones entre 6 y 10 al considerar que es la gente la que debe elegir a sus líderes a través de elecciones. De ese porcentaje, el 33 por ciento le da la nota 10, como “absolutamente esencial” de que eso sea así. El 88 por ciento responde que siempre vota. Para ese mismo 88 por ciento, en la misma escala del uno al 10, es “importante” vivir en un país democrático, y para prácticamente la mitad es “absolutamente importante”.

Un dato llamativo: el 83 por ciento considera que son los expertos, y no el Gobierno, los que deberían tomar decisiones importantes para el país.

Las intervenciones de las Fuerzas Armadas, en cambio, no son bien vistas: el 82 por ciento censura que el Ejército gobierne el país, y el 89 por ciento no cree que sea esencial para la democracia que los militares intervengan en caso de que el Gobierno no esté funcionando bien.

Las dudas en el encuestado surgen, sin embargo, ante la consulta de en qué medida Bolivia es un sistema democrático. En una escala del 1 al 10, ninguno de estos niveles logra una votación representativa (superior al 16 por ciento).

Otra decepción de los bolivianos aparece en el tema de derechos humanos. El 43 por ciento cree que se los respeta poco en el país, y el 11 por ciento que no se los respeta nada.

Para el 78 por ciento, las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres, y el 50 por ciento le asigna la máxima nota.

Ante la pregunta de por qué partido votaría si mañana fueran las elecciones, el 38 por ciento lo haría por el MAS, el 22 por ciento por otro partido, y un 21 por ciento por ninguno. Las otras siglas tienen porcentajes inferiores al 8 por ciento.

83% confía en los expertos y pide que sean ellos, y no el Gobierno, los que tomen decisiones importantes para el país.

El 87 por ciento declara que siempre vota en las elecciones locales y nacionales del país, acto que considera importante

El 78 por ciento de los encuestados considera que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres

El 52 por ciento cree que los derechos humanos en Bolivia se respetan poco o nada, contra 45 por ciento que sí ve respeto

ANÁLISIS

Vivian Schwarz Blum. Ciudadanía

La democracia que los bolivianos queremos

La Encuesta Mundial de Valores (EMV) ha sido implementada en Bolivia por primera vez en 2017 y nos da una oportunidad para mirarnos como sociedad y compararnos con casi 90 otros países en el mundo, nuestros vecinos y otros países lejanos. Entre otros muchos temas que la EMV considera, nuestros valores democráticos merecen una consideración especial.

Sin lugar a dudas, los datos de la EMV confirman una vez más lo que todos sabemos y todos queremos como bolivianos: democracia. Ante cualquier otra alternativa de forma de Gobierno, las y los bolivianos seguimos manteniendo que queremos vivir en un sistema democrático. Este compromiso de nuestra sociedad con la democracia es una buena noticia, pero lejos de los vaivenes y discursos políticos, las y los ciudadanos tienen sus propias ideas sobre las cosas que esperan de una democracia en el país y sobre el papel que tenemos en ella.

Definitivamente lejos del molde de “izquierdas y derechas” en el que el discurso de las autoridades y figuras públicas nos quisiera hacer encajar, las y los ciudadanos bolivianos se siguen situando firmemente en una posición central entre estas dos alternativas, sin preferencia por ninguno de los polos.

Si no un programa ideológico ni un posicionamiento político derivado de esa ideología, ¿qué consideramos esencial para la democracia boliviana? Mayoritariamente, una expectativa de igualdad y de garantías de derechos. El gran consenso es que todos esperamos que la democracia genere y asegure, finalmente, una verdadera igualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad, igualdad que en este momento está claramente amenazada por las altas tasas de violencia contra las mujeres en nuestro país y la frustrante poca capacidad institucional e indiferencia para garantizar a las mujeres mejores condiciones de vida y protección ante las amenazas que enfrentan.

Consideramos también esencial en nuestra democracia la garantía de nuestros derechos civiles que protejan nuestras libertades. Ésta es otra expectativa actualmente insatisfecha en tanto nuestras libertades individuales como ciudadanos se ven frecuentemente amenazadas por posturas que pretenden “hacer menos” ciudadanos a aquellos que ejercen un derecho fundamental de cualquier democracia, el derecho a disentir.

“Consideramos esencial en nuestra democracia la garantía de nuestros derechos civiles que protejan nuestras libertades”