Pese al fuerte resguardo policial y militar que existía en la Villa Imperial, diferentes agrupaciones que defienden los resultados del 21F se apostaron en diferentes zonas de esa ciudad para exigir el respeto al voto popular del referendo del 21 de febrero de 2016, donde la población dijo No a la reelección del actual mandatario, Evo Morales.

Uno de los lugares donde hubo mayor tensión fue en el denominado Campo de Marte, donde varios activistas se apostaron para hacer conocer su posición sobre la reelección.

Se reportó amagues de enfrentamiento entre un médico y un Policía. En otros lugares, vecinos y activistas denunciaron que los efectivos del orden impedían a los peatones la circulación libre por las calles y que inclusive pedían credenciales o autorización de alguna de las organizaciones afines al MAS.

Sin embargo, en horas de la tarde, un grupo de activistas logró ingresar a la plaza Bolívar para expresar su rechazo contra la reelección. Algunas autoridades de Estado optaron por retirarse del palco principal.

Los efectivos también le impidieron el paso al empresario y líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, que arribó a Potosí para celebrar la fundación del país.

Doria Medina que estaba acompañado de sus militantes intentó participar del desfile, pero no lo dejaron pasar e incluso hubo gasificación y agresiones de por medio.

Ante esa situación, el empresario optó por bailar una cueca en medio de la calle.

Durante la emisión del mensaje del Presidente en la casa de la Moneda, varios parlamentarios de oposición arengaron “Bolivia dijo No” causando la incomodidad de Morales que se vio obligado a cortar su discurso.

Esa actitud de los colectivos también despertó el enojo del vicepresidente Álvaro García Linera que los calificó de “antipatriotas”.

Otro incidente que se registró fue el abucheo que recibió el  diputado opositor de los demócratas, Gonzalo Barrientos, y otros parlamentarios por organizaciones afines al MAS.