
“Si yo me quedaba era morir matando, eso pensé profundamente, porque al día siguiente estaba preparada una gran concentración para retomar la Casa grande del Pueblo y el Palacio Quemado”, reveló el líder del MAS, Evo Morales, al recordar la crisis de noviembre de 2019, cuando dejó la presidencia y salió del país.
Señaló que si moría se acababa el denominado proceso de cambio y el Movimiento Al Socialismo (MAS). “Quería morir matando, ahí se acababa el MAS y se acababa el proceso de cambio”, afirmó en radio Kawsachun Coca.
Recordó que el 10 de noviembre de 2019, cuando renunció en medio de una profunda crisis política, dijo que era duro el camino que se tomaría, hasta que uno de sus compañeros dijo que “para salvar el proceso de cambio hay que salvar la vida de Evo. Eso me hizo pensar una hora, hasta que tuve que salvar la vida”.
Cuestionó que ahora en la oposición, pero también algunos “compañeros”, lo acusan de haber “escapado” del país, cuando debió dar su vida como Salvador Allende en Chile, o como Marcelo Quiroga Santa Cruz, “o sea, querían verme muerto”.
El 10 de noviembre, el Gobierno había perdido el control, la Policía estaba amotinada, las Fuerzas Armadas le sugirieron renunciar, al igual que la Central Obrera Boliviana. Ese día, el centro de La Paz había sido rodeado por plataformas ciudadanas.
Al día siguiente, el 11 de noviembre, Morales abandonó el país y se asiló en México, lo hizo con García Linera y la ministra de Salud, Gabriela Montaño. Mientras que varios de sus ministros se asilaron en la embajada mexicana en La Paz.
En sectores del MAS, principalmente en el bloque señalado como “renovadores”, critican a Morales y a su entorno por haberse asilado dejando el país en medio de la crisis y posteriormente, no hacer frente al gobierno transitorio de Jeanine Áñez