Medio: Opinión
Fecha de la publicación: domingo 29 de julio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Cómo han cambiado las cosas. Hace ya tiempo que Mesa no hace entrevistas. Ha pasado del lugar del entrevistador al del entrevistado. O yendo más lejos, ha dejado de ser acusador para convertirse en acusado. Una constatación contra la que, sin embargo, él se rebela cuando dice y repite, levantando su mano derecha y señalando con su índice, a lo Zola: “Yo acuso”.
Con su índice acusador ha asumido el expresidente la noticia de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) enviaría el requerimiento acusatorio por el caso Quiborax a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) para, con ello, pedir autorización de llevar adelante un juicio de responsabilidades en su contra planteado por la Fiscalía General. Con ese mismo dedo sindicador sigue señalando a dos ministros y al Procurador como principales responsables del pago de 42.6 millones de dólares, erogado por Bolivia a la empresa chilena, tras el fallo desfavorable del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
Solo baja el índice para declararse un perseguido político, un blanco de la “criminalización” de la política que estaría alentando el Gobierno de Evo Morales; el responsable de una de esas “nacionalizaciones malas” que, a su entender, a diferencia de las “buenas”, que serían las ejecutadas por el llamado “proceso de cambio”, se persiguen y se castigan.
El dedo vuelve a ser acusador para denunciar que, así como en las dictaduras se apelaba a tanques y fusiles para anular a los disidentes, el régimen actual echa mano de jueces y fiscales con la misma finalidad. Y se levanta aún más para interpelar al propio Evo Morales a que, si su afán es electoralizar la Bolivia actual, antes de demandar al vocero de la demanda marítima que se lance a las presidenciales del año próximo, sea él quien elija a su candidato, porque estaría imposibilitado de postular nuevamente, por el resultado adverso del referendo del 21 de febrero de 2016.
Su mano derecha solo vuelve sobre la mesa del salón ejecutivo del hotel Cochabamba, donde concede entrevistas a su paso por esta ciudad, para remover con parsimonia la taza de Nescafé que toma con sorbos discretos. A esta hora del jueves 26 por la mañana, Mesa aún no se ha enterado de que el vicepresidente y presidente nato de la ALP, Álvaro García Linera, ha anunciado que la petición de juicio de responsabilidades por el caso Quiborax no será debatida en esta legislatura, con lo que el otrora vicepresidente de Goni bien podría postular a la Presidencia en 2019. Una posibilidad sobre la que el flamante youtuber, una vez más, prefiere no pronunciarse. Antes bien, alista nuevamente su dedo acusador para arremeter contra el procurador Pablo Menacho, de cuyo papel en la defensa del arbitraje por la reversión de las concesiones mineras de Quiborax en el salar de Uyuni, que ejecutó por decreto en 2004, durante su Presidencia, afirma sentirse muy “avergonzado”. Solo vuelve a estar algo más apasible cuando responde sobre la demanda marítima ante La Haya y el equipo creado por el presidente Morales para ese efecto. Sin embargo, la apasibilidad durará poco, porque Mesa sabe que este es su momento de levantar el índice y acusar.
P. ¿Cómo evalúa el desempeño del equipo de la demanda marítima del que usted hace parte, estando a poco de conocerse el fallo?
R. Soy muy optimista, no por voluntarismo, porque como boliviano quiero ganar, sino porque creo que, de manera extraordinaria, desde que el Presidente decidió abrir un juicio contra Chile, se ha trabajado de manera seria, profesional, coherente. Se ha armado un equipo jurídico de primer nivel, tanto nacional como internacional, y en esa tarea de equipo mi participación, como representante oficial de la causa marítima en el tema de comunicación, creo que ha contribuido en la medida que era mi responsabilidad. Sería un absurdo decir que hay uno más o uno menos. Creo que el concepto de equipo ha sido extraordinario. Y esa es una lección que deberíamos dejarla para el futuro. Lamentablemente, en estos últimos días, el Gobierno ha destruido por completo esta idea, esta política de Estado, con una falta de escrúpulos completa. Le interesa mucho más la coyuntura política inmediata. Pero, dicho esto, afortunadamente el alegato final fue en marzo. No es gratuito que me hagan un proceso ahora. Esperaron a que pasara el tema de marzo para hacérmelo, pero estamos hablando del tema del mar y en ese tema me siento orgulloso de haber formado parte del equipo, independientemente del resultado.
P. ¿Cree que ha habido un cálculo del Gobierno al esperar los alegatos finales para recién arremeter contra usted por el caso Quiborax?
R. Van a una velocidad… Y todavía falta el fallo (risas). Es importante lo que dices. Llevamos dos meses y tres días (al jueves pasado) desde que se me abrió la acusación. No hay un proceso vinculado a juicio de responsabilidades que esté yendo a esta velocidad. Tú te imaginas a un ciudadano común que está tres, cuatro, cinco, ocho años esperando un fallo, esperando que una prisión preventiva se convierta en un juicio, y aquí, en un juicio de responsabilidades, un tema extraordinariamente importante, estamos donde estamos. Esto es una locura.
P. ¿Cómo encara esta “locura”?
R. Algo muy importante. ¿Cómo enfrento el juicio? Acusando a Héctor Arce (Ministro de Justicia), Pablo Menacho (Procurador General del Estado) y César Navarro (Ministro de Minería). Yo acuso, yo no acepto la acusación. Yo mantengo la acusación y mantengo que quienes deben responder por los 42.6 millones de dólares son estos tres señores.
P. El presidente del Senado, José Alberto Gonzales, le ha pedido a usted y sus seguidores que se queden tranquilos, porque no habría el tiempo suficiente para meterlo preso antes de las elecciones de 2019. ¿Qué opinión le merece esa aclaración?
R. Asumo yo que la Asamblea Legislativa Plurinacional, por lo menos teóricamente, debería mantener neutralidad. No voy a prejuzgar. Espero que la Asamblea tome en consideración los elementos de juicio que tiene que considerar de lo que ha presentado el Fiscal y de lo que yo tendré que decir. La ALP tiene que establecer una comisión mixta de las dos cámaras para elaborar un informe que proponga la acusación o que la rechace. Para tener esos elementos, en puridad del cumplimiento del debido proceso, me debe escuchar. Esto es muy importante. Cuando yo digo que existe la probabilidad de entrar a la cárcel, no me estoy victimizando, estoy leyendo algo básico: el sistema penal boliviano. El juicio de responsabilidades es, por definición, y es un criterio que no comparto, pero es lo que la ley dice, un juicio penal. No se trata de un juicio político como conceptualmente debiera ser. El juicio de responsabilidades siempre se convierte en un juicio penal y un juicio penal, como cualquier persona con conocimiento elemental en temas de derecho sabe, termina en cárcel. El objetivo de un juicio penal es meter a la cárcel a alguien por la razón que fuere. Los tres delitos de los que se me acusa (resoluciones contrarias a la CPE, incumplimiento de deberes y conducta antieconómica), que son los delitos que han cometido Pablo Menacho y Héctor Arce, establecen penas de seis, ocho, 10 años de cárcel. En consecuencia, cuando yo digo que existe la posibilidad de que me metan preso, estoy diciendo lo obvio, no es victimización. Le estoy diciendo a mis compatriotas cuáles son las posibles consecuencias de este juicio de responsabilidades arbitrario, injusto y que es parte de una persecución política.
P. Más allá de esta constatación, que deriva de una lectura del sistema penal, ¿siente temor de entrar a la cárcel, como lo sentiría cualquier otra persona?
R. Es inherente a la naturaleza humana, afortunadamente, además: tenemos miedo. Imagínate si no tuviéramos miedo: nos tiraríamos del décimo piso de un edificio sin miedo. El miedo es una forma de protección. Por supuesto que tengo miedo y por supuesto que el combate al miedo es parte del ejercicio intelectual y psicológico que uno tiene que tener. La respuesta es: supero el miedo, estoy preocupado, voy a pelear. Voy a pelear con las armas de la ley, con las armas de la democracia, con las armas de la razón, con la cabeza levantada, el espíritu alto y la decisión de luchar hasta el último día porque creo que defiendo una causa justa.
Dato
21F
El expresidente Carlos Mesa asegura que su defensa del 21F no es reciente ni coyuntural, sino que se remonta a 2015, cuando unos periodistas le preguntaron en la plaza Murillo si votaría por el Sí o el No en el referendo que se avecinaba para febrero de 2016. Aunque se hallaba a lado del presidente Evo Morales, dijo que, pese al respeto que le merecía el Mandatario, él votaría por el No, en virtud de su convicción de que la alternancia es un ejercicio indispensable para la salud democrática del régimen boliviano. Afirma que nada ha cambiado desde entonces: ni su adhesión al No ni su respeto por Morales.
“No me defenderé, voy a mantener la acusación”
P. Dice que está preocupado, pero que se va a defender con las razones que esgrime…
R. No me voy a defender, voy a mantener la acusación. No me considero un acusado, me considero un acusador que está siendo víctima de un sistema perverso que ha invertido los términos. Esto es muy importante, porque hay que tener claro que los culpables del tema Quiborax, en tanto pagaron 42.6 millones de dólares, se llaman Hector Arce, Pablo Menacho y César Navarro (...).
P. Si usted está acusando, ¿ha descartado por completo la posibilidad de salir del país, del “autoexilio”, tal como lo han hecho otras figuras de oposición que se han declarado también perseguidos políticos?
R. Ese es un tema que tiene que ver con las convicciones. Si tú crees en tu país, tú tienes que pelear en tu país. En este tema yo he tomado una decisión, que es lo que corresponde. Además, en este escenario, si tú tienes la razón y todavía te queda un espacio de fe en el proceso democrático y tienes que pelear por el proceso democrático, creo que la mejor manera de hacerlo es aquí, en Bolivia.
P. ¿Sigue creyendo en el país y en el proceso democrático?
R. En el país, sin ninguna duda, en el país creo a muerte. En cuanto al proceso democrático creo que hay que defenderlo porque lo están destruyendo. Están destruyendo el proceso democrático, no me cabe la menor duda.
P. ¿Cómo ve las muestras de apoyo y afecto populares? Hace algunos días hasta lo postularon a la Presidencia en El Alto…
R. Primero debo agradecerlas, independientemente de que pueda o no compartir los mecanismos, de que no se me ha consultado, pero agradezco las expresiones. Agradezco más, sin duda, las expresiones espontáneas, cuando voy por la calle.
1 Conversatorio político
Carlos Mesa vino el jueves a Cochabamba para participar de un conversatorio político, organizado en la Universidad Católoca Boliviana, en torno a la defensa del 21 F y la soberanía popular.
“Por supuesto que estamos haciendo una defensa política”
P. Ha adelantado que solicitará una audiencia con la comisión mixta que conforme la ALP para hacer el informe sobre su proceso. Para cuando llegue este momento, ¿se mantendrá en sus planteamientos?
R. Yo le digo a Carlos Alarcón (su abogado) que ya me puedo ir a presentar a una facultad de Derecho y creo que puedo aprobar con razonable nota (risas). Ya me conozco el tema y los argumentos y los artículos de la Constitución y del Código Penal muy bien en el tema Quiborax. Lo que haré será presentar con claridad, y espero con coherencia, las razones que me asisten para que este caso sea entendido en su perfecta dimensión, que básicamente es: los acusadores tienen que convertirse en acusados. Este es el elemento central. Yo nacionalicé el salar de Uyuni, expulsé a una empresa que había sido creada ilegalmente y que había cometido varios delitos y eso debe ser reconocido como un acto en defensa de los intereses del Estado, igual que cualquiera de las nacionalizaciones del presidente Morales. Segundo, durante 10 años, de principio a fin en el Gobierno de Evo Morales, se llevó a cabo una pésima defensa (en el arbitraje ante el CIADI), una defensa que llega a la increíble irracionalidad de aceptar que un acta falsificada, sin la cual no se hubiera podido comenzar el proceso arbitral, es el punto de partida y de llegada de la condena en contra de Bolivia, que obliga al país a pagar 42 millones de dólares. (...)
P. Ha dicho que el Gobierno criminaliza a sus adversarios políticos, politiza los temas judiciales e, incluso, los electoraliza. ¿Cree haber caído en ese juego? ¿Está Carlos Mesa respondiendo de forma política a temas jurídicos?
R. Este es un tema político. No es que el Gobierno acuse, es que el Gobierno está haciendo de este un tema político. Esta es una criminalización de la política y, por lo tanto, caben perfectamente legítimas dos respuestas. La jurídica, en la que a la pregunta la respuesta, nuestra argumentación jurídica ha sido mandar seis memoriales al Fiscal y tres memoriales al Tribunal Supremo de Justicia, una carta a la Autoridad de Fiscalización de Empresas y dos cartas al Procurador. Estamos hablando de 12 documentos de carácter jurídico y el Gobierno dice que estamos haciendo una defensa política. Y por supuesto, estamos haciendo una defensa política junto a la jurídica. Hay un espacio para lo jurídico y hay un espacio para lo político, porque esta es una acción política del Gobierno, no me cabe la menor duda. Hay un elemento interesante cuando se dice que el Gobierno lo acusa a usted, el Gobierno lo sindica de que usted está defendiendo el 21 de Febrero. Me honra. Estoy defendiendo el 21 de Febrero, claro que sí. Estoy haciendo una defensa política, por supuesto que sí. Ante una acusación política, cabe una defensa política y, ante una acusación jurídica, cabe una contraacusación jurídica.
P. Esta coyuntura política y judicial, ¿de qué manera está afectando su vida profesional y personal?
R. Es una alteración completa de mi trabajo, de mi actividad. No he podido llevar a cabo lo que quería llevar adelante con la cuestión marítima, para la que presenté varios proyectos de acción posalegato final. Estoy como catedrático en la Universidad Católica y he tenido que descuidar las últimas clases que teníamos antes de los dictámenes finales. Tienes que trabajar los memoriales, tienes que discutir la estrategia con tu abogado, tienes que establecer viajes a la ciudad de Sucre, para no hablarte de los costos. Ha sido una alteración completa de mi vida, que lamento porque, a pesar de eso, hemos podido concluir un libro colectivo sobre historia del cine boliviano y estoy trabajando en un libro que se va a llamar “Encuentros con la literatura boliviana”. Porque siempre hay que guardarse un espacio para estar con tu nieto, con tu esposa, con tus hijos y para seguir con la actividad intelectual, porque si no, has muerto, porque si te metes total y absolutamente en este tráfago acabas enloqueciendo. Y esto es muy importante: mantener el equilibrio, mantener la fortaleza psicológica tiene que ver con lo emocional y lo intelectual.